LA PRENSA.- Los rumores de que la criptodivisa por excelencia podría ser la apuesta de los inversores ante la caída del dólar carecen de fundamento económico alguno.
El valor de Ethereum ha subido un 3000% en lo que va de año, mientras que Bitcoin lo ha hecho en un 300% (un 1400% desde su mínimo de hace dos años). Numerosos factores han influido en estas subidas y en la aparición de la actual fiebre por las criptodivisas (muy especialmente por la tecnología blockchain en la que ambas se basan), empezando por la creación de la Enterprise Ethereum Alliance (respaldada por 150 compañías y entidades de todo el mundo), la actualización SegWit2x para Bitcoin (que aumenta su velocidad de transacción y reduce sus costes).
Pero también ha influido poderosamente en esta tendencia la caída del dólar estadounidense frente al euro, una gran noticia para Washington, que busca impulsar las exportaciones estadounidenses, pero mala noticia para los inversores, para quienes el dólar es un valor refugio y están empezando a perder dinero. Lo habitual en estos casos era que los inversores apostaran por la seguridad del oro. Pero han empezado a surgir rumores de que un nuevo valor estaría desplazando al oro en el corazón de los inversores: nada menos que el bitcoin. Pero seamos serios: ninguna criptodivisa podrá reemplazar nunca al oro como activo económico. Y no hablamos de meros impedimentos legales (o de que el BCE las compare con la burbuja de los tulipanes del s.XVII), sino que existen razones de lógica económica para ello:
- La seguridad del oro radica en su escasez; la Tierra cuenta con unas reservas limitadas del mismo, por lo que no es de esperar grandes cambios en las reservas que hagan fluctuar su precio. El Bitcoin presume de lo mismo: su algoritmo limita la cantidad de bitcoins que habrá en el futuro, y reduce progresivamente la velocidad de minado del mismo. Pero nada puede garantizar que eso siga igual, la propia actualización SegWit2x es la demostración de que los protocolos (y, con ellos, los precios) de esta ‘moneda’ son tan manipulables como las divisas fiduciarias.
- El oro es valioso por sí mismo; se utiliza en joyería y tiene numerosas aplicaciones industriales. Además, es posible usarlo como moneda incluso en lugares donde las regulaciones financieras y el papel moneda no le importan a nadie. El bitcoin, sin embargo, aún no ha logrado convertirse ni tan siquiera en ‘la moneda de Internet’: los minoristas que lo aceptan se cuentan con los dedos de las manos, y su liquidez puede llegar a ser problemática.
Por todo ello (y no hemos dicho nada de los hackers), plantear que la criptodivisa pueda estar sustituyendo (o llegar a sustituir) al metal como valor refugio suena más bien a chiste.