LA PRENSA DE LARA | Agencias.- La nueva ronda de negociaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se complica cada vez más: ayer fue suspendida la sesión agendada luego de que los delegados del chavismo no arribaran a Ciudad de México y hoy, 24 horas más tarde de lo previsto, llegaron al lugar de la cita pero con provocadores carteles de Alex Saab, presunto testaferro de Maduro acusado de un millonario lavado de dinero y cuya extradición a los EEUU ya fue aprobada por la Justicia de Cabo Verde, donde está arrestado.
La comitiva arribó un día más tarde de lo previsto y se fotografió con los afiches del empresario colombiano.
Es que en las últimas semanas, el gobierno venezolano puso en marcha su última maniobra para intentar frenar la extradición. Asegura que Saab es diplomático de su Gobierno y pidió que se lo incorpore en la mesa de diálogo en México.
De ascendencia libanesa y nacido en la ciudad de Barranquilla, Colombia, Saab está relacionado con varias empresas pero su principal vínculo con Maduro se daría a través de Group Grand Limited (GGL), señalada de vender al Estado alimentos a precios subsidiados para distribuir en barrios humildes. Sin embargo, tanto Saab como Maduro han sido acusados en distintas oportunidades de usar el programa, conocido como CLAP, para hacerse de cientos de millones de dólares de manera ilegítima.
De hecho, Saab, junto a tres hijastros de Maduro y otras nueve personas, fue sancionado en julio de 2019 por Estados Unidos por esa precisa maniobra. Por esa razón, todos tienen congelados todos los activos o bienes inmuebles que puedan tener en Estados Unidos.
«Alex Saab se comprometió con los informantes de Maduro a dirigir una red de corrupción a gran escala que utilizaron cruelmente para explotar a la población hambrienta de Venezuela. El Tesoro apunta a los que están detrás de los sofisticados esquemas de corrupción de Maduro, así como a la red global de compañías ficticias que se benefician del programa de distribución de alimentos controlado militarmente por el anterior régimen», explicó en ese entonces el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin.
«La red de corrupción que opera el programa CLAP ha permitido a Maduro y a sus familiares robarle al pueblo venezolano. Utilizan los alimentos como una forma de control social, para recompensar a los partidarios políticos y castigar a los opositores, mientras se embolsan cientos de millones de dólares a través de una serie de esquemas fraudulentos», agregó.
El periodista Gerardo Reyes, autor del libro «Alex Saab. La verdad», reveló que el enigmático empresario barranquillero se benefició de una red de empresas fantasma dedicadas a las importaciones ficticias, al tiempo que manejó diversos asuntos comerciales de la administración oficialista, logrando amasar una fortuna valuada en -al menos- mil millones de dólares. «Resolvía el día a día de los problemas más urgentes del gobierno de Venezuela. Cuando se necesitaba resolver el problema de los alimentos porque no había leche, lo llamaban a él; cuando no había combustible, él se iba y negociaba el envío de tanques de combustible de Irán», aseguró días atrás a Infobae.
De esa forma entabló estrechos lazos comerciales y diplomáticos con países como Turquía, Irán y Rusia, con el primordial objetivo de ayudar al presidente venezolano a burlar las sanciones internacionales.
La tercera ronda de las conversaciones, que se llevan a cabo en México con el arbitraje de Noruega, debía haber arrancado el viernes, pero los representantes de Maduro plantaron a la oposición al no acudir al encuentro.
Aunque el Gobierno no justificó su ausencia, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, arremetió el viernes en redes contra el embajador de EE.UU. en el país, James Story, a quien acusó de dar órdenes a la oposición «sobre qué hacer en la mesa de diálogo».
Un mensaje que fue respaldado por Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento venezolano y líder del equipo negociador del Gobierno, quien escribió que el Ejecutivo venezolano «jamás atenderá una agenda que intente imponer este personaje», en referencia al embajador.
Fue el representante de la delegación opositora, Gerardo Blyde, quien informó el viernes por la noche a través de un comunicado que los chavistas no habían acudido a la reunión.A pesar de dicha ausencia, Blyde ratificó «el «compromiso» de la oposición de «continuar la negociación sobre la agenda acordada».Según explicó, en esta ronda estaba previsto «constituir una mesa de atención social» y «discutir la construcción del sistema de justicia».
Tras el fracaso de cinco intentos de diálogos en los últimos siete años, la comunidad internacional apuesta a que en esta oportunidad se abra el camino a una solución negociada y electoral a la compleja crisis económica y social que vive Venezuela, que ha desatado la migración de seis millones de personas en los últimos años.