Según Tony Di Benedetto, presidente de la Cámara Venezolana del Calzado y Componentes (Cavecal), el sector ha registrado cifras económicas desfavorables este año, contrayéndose 15% en comparación con 2024. La principal causa es que el mercado se encuentra lleno de productos importados y que ingresan al país por vías de contrabando que compiten en precios con la industria nacional.
De China es de donde viene la mayoría del calzado importado que exhiben las zapaterías en anaqueles, también de Colombia y Brasil. Probablemente, de estos mismos países también es la mercancía no declarada, predominando la imitación. “Estamos viendo calzados que en otros países cuestan $130 y en Venezuela lo comercializan en 25 a 30 dólares. Son réplicas que se conocen como doble AA”, expresó.
El consumidor venezolano está prefiriendo los precios accesibles antes que la calidad. Di Benedetto sostiene que esa situación es lo que ha hecho que la industria del calzado esté operando por debajo del 20% de su capacidad instala-da. “Son zapatos que no vienen con el etiquetado ni cumplen la normativa que le exigen al fabricante nacional”, exclamó.


Productores del calzado nacional buscan mejorar las condiciones del mercado
Desde el año pasado, Cavecal ha sostenido reuniones con el Gobierno para que se frene el contrabando y además han propuesto que se incrementen los aranceles de importación, para que haya una competencia de precios más justa, pero confiesa que los resultados de estas reuniones han sido lentos.
“Cada 15 o 20 días hemos asistido a reuniones en el Ministerio de Finanzas, pero nos preocupa y pedimos que aceleren los procesos, porque llega un momento que hay empresas que no van a poder seguir aguantando la situación actual y se van a tener que ver obligadas a cerrar actividades”, manifestó.
Otro factor que los afecta es que las tendencias del consumidor han cambiado, ahora las personas prefieren comprar zapatos deportivos que de vestir. En Venezuela, más del 80% del calzado que se fabrica es de cuero y de más alta categoría.
“A nosotros nos ha costado mucho adaptar nuestras industrias para fabricar más zapatos deportivos, principalmente porque no tenemos suficiente acceso a créditos. En este momento las industrias están bastante onerosas y tampoco hay fuentes de financiamiento sostenible. Pudiéramos conseguir crédito, pero también no es tanto cuestión de dinero, sino de tiempo. Para el tipo de inversiones que se necesitan realizar para actualizar al sector industrial se requeriría un financiamiento de por lo menos tres o cuatro años, con ciertos privilegios”, alegó.


La Cámara Venezolana del Calzado tiene unas 90 empresas afiliadas y en Venezuela se estima que haya unas 150 fábricas de calzado. Antes de la contracción económica que el sector privado comenzó a registrar a partir del año 2013, en el país existían entre 300 y 400 industrias que generaban unos 200 mil empleos directos. En la actualidad, se generan cerca de 40 mil empleos.
En cuanto a la temporada escolar, Di Benedetto indicó que la importación también les afectó las ventas de las empresas venezolanas.


