EFE | LA PRENSA.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó este viernes en Oslo que la concesión del Nobel de la Paz, que recibirá mañana en el ayuntamiento de la capital noruega, fue «un regalo caído del cielo» y «un impulso tremendo» para las conversaciones con la guerrilla de las Farc.
«Vino como caído del cielo. Fue una gran ayuda para mí, los negociadores y para todo el pueblo colombiano», dijo Santos en una rueda de prensa en el Instituto Nobel.
Santos resaltó que la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) era «un sueño imposible» hace apenas unos años y que el reto principal ahora es que el Estado coordine la implementación del acuerdo «lo antes posible».
«La garantía principal es el apoyo de los colombianos, y creo que este aumentará cuando vean los beneficios del acuerdo», afirmó Santos, «muy feliz y honrado» por un premio que recogerá en nombre de todos los colombianos, sobre todo las víctimas, como ha reiterado en varias ocasiones desde que fue distinguido hace dos meses.
El mandatario llegó a Oslo con una comitiva de treinta invitados especiales, entre ellos víctimas del conflicto armado y miembros de su equipo negociador, pero nadie de la guerrilla, una ausencia que explicó por los problemas legales derivados de que tanto la UE como Estados Unidos la considera aún un grupo terrorista.
«No están aquí porque no quiero crear problemas a las autoridades noruegas, pensamos que no habría sido apropiado. Pero estarán en corazón y espíritu», declaró Santos, quien destacó que la UE está en trámites para sacar a las Farc de la lista de grupos terroristas y que «espera» que EEUU también lo haga.