AP | LA PRENSA.- En una muestra extraordinaria de disculpa durante una enorme crisis, la presidenta surcoreana Park Geun-hye se atribuyó el viernes toda la culpa por un “desolador” escándalo que amenaza su gobierno y prometió que aceptará una investigación directa sobre sus acciones, en medio de una creciente sospecha de que permitió a una misteriosa confidente que manipulara el poder tras bambalinas.
En un mensaje de alto interés transmitido a la nación en vivo por televisión, Park, con voz temblorosa, dijo que el escándalo “es todo culpa mía y mi error”. En un momento extraordinario, la mandataria negó conjeturas de medios de prensa locales de que había sido controlada por una secta religiosa.
“Siento una enorme responsabilidad (por el escándalo) en lo profundo de mi corazón”, dijo Park. “Todo es mi culpa y mi error”.
Los comentarios de la mandataria incluyeron una evaluación franca de su relación con la mujer en el corazón del escándalo, Choi Soon-sil, hija del líder de una secta y amiga de Park desde hace tiempo.
“Puse demasiada fe en una relación personal y no me fijé cuidadosamente en lo que estaba ocurriendo”, señaló Park. “Pensamientos tristes me dificultan dormir durante la noche. Me percato que, haga lo que haga, será difícil remendar los corazones de la gente, y entonces me siento avergonzada y me pregunto: ‘¿Es esta la razón por la que me convertí en presidenta?’”
En otro momento excepcional, Park rechazó la especulación en los medios de comunicación de que ella había “caído en la adoración de religiones de sectas o que rituales chamanísticos se hayan efectuado en la Casa Azul presidencial”.