EFE | LA PRENSA.- La Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió este miércoles por consenso la reunión de consulta de cancilleres sobre Venezuela ante la falta de acuerdo sobre las dos propuestas de declaración presentadas.
Esta decisión se tomó después de un receso de media en la sesión plenaria para tratar de consensuar los dos proyectos de declaración presentados.
La propuesta de declaración liderada por EE.UU., México, Perú, Canadá y Panamá condenaba la Asamblea Constituyente en Venezuela y era muy crítica con el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que la presentada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no recogía la mayoría de esas demandas.
El texto del grupo impulsor del encuentro -encabezado por países como México, EE.UU., Perú y Canadá- pedía a Maduro «el cese» de la Asamblea Constituyente «en la forma en que está concebida actualmente», la liberación de los «presos políticos» y un calendario electoral con observación internacional.
Además, llamaba a la suspensión de «todo enjuiciamiento de civiles por tribunales militares», a iniciar un nuevo proceso de diálogo entre Gobierno y oposición y «al cese inmediato de los actos de violencia» que provengan «de cualquiera de las partes».
También exhortaba al Gobierno venezolano a que «busque asistencia humanitaria internacional» y le ofrecía crear «un grupo de apoyo» para proveer esa ayuda junto con los organismos especializados.
Asimismo, planteaba «establecer un grupo u otro mecanismo de facilitación para apoyar un nuevo proceso de diálogo» y «promover la implementación oportuna de los compromisos que asuman las partes».
Por otro lado, los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) presentaron un proyecto que no incluía la mayoría de las demandas del texto del grupo de Perú y México.
En lo que sí coincidían los dos proyectos es en pedir el cese de la violencia a todas las partes, un nuevo proceso de diálogo, la creación de un grupo que lo acompañe y en la invitación a Venezuela a reconsiderar su decisión de dejar la OEA.
Ninguna de estas propuestas era de consenso, lo que evidenció que era imposible redactar este miércoles un texto que recabara los 23 votos necesarios, es decir, los dos tercios de los 34 Estados representados (todos menos Cuba).
Balance general de la jornada
Una vez comenzada la Vigésimo Novena Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, para tratar la situación en Venezuela, la mayoría de las diversas expresiones de los cancilleres o delegados de los Estados miembros se decantaron por coincidir sobre la gravedad de la crisis que registra la nación sudamericana, la alarma que tienen por la violencia que se ha desatado en las manifestaciones de civiles en las calles, las dudas sobre el orden constitucional e institucional actual en Venezuela y las violaciones de derechos humanos por la gravedad de la situación humanitaria.
Asimismo todos coincidieron en la importancia del diálogo entre las partes enfrentadas en Venezuela, como herramienta y único modo para procurar la solución de los problemas, además de la restitución de la paz social perdida.
Desde que comenzó la sesión, con más de una hora de retraso, los diferentes ministros de relaciones exteriores de cada país tuvieron máximo seis minutos para fijar sus posiciones, preocupaciones e indicar con respeto sus sugerencias y ofrecimiento de ayuda para lograr que Venezuela supere la actual coyuntura.
Todos los que apoyaron esta cita, destacaron que la razón de ser de la misma no tuvo nada que ver con una supuesta “injerencia” en los asuntos internos de la nación caribeña, sino más bien el cumplimiento de su deber de velar por la defensa de la democracia en la región y los principios asociados a esta, entre ellos el orden institucional y el derecho de elecciones libres para definir sus destinos.
A favor de la reunión
El canciller de México, Luis Videgaray, fue el primero en tomar la palabra y expresar el apoyo de su país a esa reunión de consulta, asegurando de manera descriptiva que la situación de crisis en Venezuela la urgía: el número creciente de fallecidos desde abril, de ciudadanos venezolanos juzgados por tribunales militares, la falta de alimentos y medicinas que está afectando a los venezolanos, la posposición de elecciones, el desconocimiento de las decisiones de la Asamblea Nacional, nombró, entre otros.
“Consideramos que es urgente lograr un acuerdo político que le devuelva a los venezolanos la normalidad democrática”, señaló.
La canciller de Argentina, Susana Malcorra, tomó su turno para aclarar que esa reunión no puede verse como un acto de injerencia o ataque hacia Venezuela, porque al contrario “es más bien la misma mano tendida de siempre, es el resultado de los compromisos adquiridos por quienes creemos en esta organización y por los principios que defiende y sostiene”.
“Su defensa no implica bajo ningún aspecto injerencia en sus asuntos internos”, señaló y dijo que su protección es obligatoria para cada uno de los Estados miembros, incluyendo a Venezuela.
Resaltó la esperanza que tiene el organismo de que este país revise su decisión de separarse de la OEA. Defendió que la solución de la crisis venezolana está en manos de los mismos venezolanos.
Señaló que están seguros que la solución de los problemas en Venezuela pasa por la fijación de un calendario electoral con presencia de observadores electorales independientes, la liberación de los presos políticos, el respeto de las normas constitucionales, la debida separación de poderes, entre otros.
“Estamos convencidos de que la solución no está en las calles, pero la solución necesita de decisiones ya”, subrayó.
Instó a que se respete los derechos humanos, la cancelación de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente tal como ha sido concebida, la restricción a la debida circulación desde y hacia Venezuela, el enjuiciamiento de civiles en tribunales militares.
Exhortó al Gobierno de Venezuela que posibilite la ayuda para paliar la crisis de salud y acceso a los alimentos que tienen los venezolanos actualmente.
El distinguido representante de Bahamas, llamó a las partes enfrentadas en Venezuela a dar “un paso atrás”, a suavizar sus posturas, para retomar el diálogo y resolver las divisiones actuales a través de este. Destacó que la comunidad del Caribe puede desempeñar un papel muy importante con el cual puedan facilitar el diálogo.
Le siguió Isabel Saint Malo de Alvarado, canciller de Panamá, quien destacó que desde el inicio Panamá respaldó el diálogo, y la participación del Vaticano, “justamente para evitar lo que sucede en las calles de este país bolivariano”. Sin embargo, lamentó que “sienten que lo que ha sucedido luego ha burlado los esfuerzos de la región”.
“Las cifras contabilizadas indican que desde que estallaron los enfrentamientios a la fecha hay 58 víctimas mortales, miles de personas heridas, detenidas y sometidas a la justicia militar, lo que ha traído cuestionamientos al orden constitucional de Venezuela”, dijo.
Nombró que “la situación humanitaria, el desabastecimiento de alimentos y medicamentos hace que los ciudadanos venezolanos estén enfrentando una dura crisis”.
María Ángela Holguin, canciller de Colombia, señaló que “la crisis estructural que vive Venezuela, la gran polarización para resolver los problemas por las vías pacíficas hace cada vez más urgente una solución, misma que exige un gran consenso nacional (…) una solución de los venezolanos, para los venezolanos”.
Reiteró “el llamado a no armar a la población civil, la entrega de armas solo conduce a una confrontación violenta que el pueblo venezolano no se merece”.
Destacó también que Colombia reitera a su país hermano la disposición de ayudar con medicamentos y alimentos a los venezolanos, “como el Gobierno de Venezuela estime conveniente”.
No dejó de mencionar que la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente “en este momento es negativo para el país, ya que la Constituyente debe obedecer a una decisión legítima del pueblo venezolano, a través de una consulta popular como la estipula la Constitución venezolana”.
El distinguido representante de Guatemala manifestó que su país expresa su preocupación por la crisis de Venezuela, además de “que no puede quedarse callado ante la violación de los derechos humanos”. Aun así resaltó que “Guatemala es respetuoso del principio de la no intervención y no desea convertirse en juez ni árbitro de lo que sucede en otro país”, manteniendo el diálogo como la única herramienta y forma para conseguir la paz.
Chrystia Freeland, canciller de Canadá, también expresó su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Venezuela, además de que su país “siente una obligación, moral, jurídica y política, de dar la cara y estar al frente hablando en nombre del pueblo venezolano, sus voces no pueden ser silenciadas con represión”.
Paraguay, representado en su canciller, Eladio Loizaga, recordó que desde hacía un año atrás, en junio de 2016, en el marco de una reunión del Consejo Permanente de la OEA, Paraguay había alertado sobre la situación en Venezuela.
“Hace un año ofrecíamos nuestra mejor disposición para encontrar algún curso de acción que coadyuvara a la solución de la situación, mediante un diálogo abierto e incluyente entre el Gobierno y los actores políticos y sociales de esa nación, para preservar la paz y seguridad en Venezuela”, dijo, deplorando que se confió en las iniciativas de diálogo, pero lamentablemente eso no tuvo éxito,.
“Un año después nos encontramos en este mismo recinto con un panorama desolador: más de 70 muertos en las manifestaciones, centenares de heridos, presos políticos, una crisis de salud y alimentos agravada a niveles sin precedentes, un desplazamiento de ciudadanos venezolanos, una descomunal represión de ciudadanos que reclaman a su Gobierno garantías previstas en su Constitución”.
A pesar de ello, dijo que la comunidad internacional y de ese hemisferio no estuvo ni estará indiferente a lo que pasa en Venezuela.
Luego, el Viceministro de Relaciones Exteriores de Chile, Edgardo Riveros, manifestó que ven con inquietud la extensión del decreto de emergencia económica y el anuncio de realización de una Asamblea Nacional Constituyente.
Chile hizo un llamado urgente para que en Venezuela se presente un cronograma electoral, se liberen los presos políticos, se restituya a la Asamblea Nacional todas sus facultades para que sea un poder autónomo, y el respeto de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
“Queremos apoyar al pueblo venezolano para que salga delante de la grave situación política, económica y humanitaria en que se encuentra”, sumando a ello el diálogo entre las partes, para el retorno de la paz y la estabilidad democrática, terminó.
Cuando le correspondió la palabra al canciller de Brasil, Aloysio Ferreira, opinó que hay un “déficit de democracia” en Venezuela, así como un “déficit de ayuda humanitaria”, evidenciado en los cientos de venezolanos que todos los días cruzan la frontera común para llegar a Brasil, “para huir del desabastecimiento, falta de medicamentos y alimentos”.
Exigió al presidente venezolano Nicolás Maduro «elecciones libres, con calendario fijo que no cambie según le convenga a los gobernantes» y que «los líderes políticos puedan actuar, que no se confisquen pasaportes» a opositores.
Pidió «mantener en pie» la reunión de cancilleres de hoy para que puedan seguir conversando sobre la situación de Venezuela y con ello «madurar los asuntos y encontrar puntos de consenso». También sugirió que se forme «un grupo de contacto que informe periódicamente» de la evolución del tema y que facilite un diálogo.
También manifestó la preocupación por la convocatoria de una Asamblea Constituyente convocada por el presidente Maduro en contra de su propia Constitución Bolivariana. “Creemos que ese proceso solo exacerbará los antagonismos políticos, creando una dualidad de poderes intolerable que podrá llevar a Venezuela a un caos mayor”. Por eso pidió la suspensión de ese proceso para dar paso a un diálogo serio, que permita encontrar una solución positiva.
Por los Estados Unidos habló su subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Shannon, quien no dejó de alarmar por la «drástica erosión del orden constitucional en Venezuela».
De la misma manera se sumó a la propuesta de crear un «grupo de contacto» de países americanos «que guíen la próxima etapa de los esfuerzos diplomáticos» para devolverle a Venezuela la «paz y la prosperidad», dejando claro que la solidaridad de la nación norteamericana “está basada en el respeto y la legitimidad que se extrae de la autodeterminación de los pueblos, y no la autoperpetuación de los Gobiernos».
«Creemos que hay un papel internacional en la reconstrucción de la confianza entre los principales actores políticos en Venezuela y la reducción de tensiones entre los ciudadanos y sus instituciones», dijo Shannon.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Santo Domingo, Carlos Castañeda, reiteró la convicción “de que le corresponde a los venezolanos encontrar las soluciones de las situaciones que enfrentan” y solo le corresponde a los países hermanos la solidaridad en función de ello.
“No existen diferencias irreconciliables cuando se tiene la disposición de trabajar por la paz”, afirmó.
José Luis Cancela, sub secretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, dijo que ante el deterioro de la realidad política y económica que atraviesa Venezuela, “no somos indiferentes al sufrimiento de la población”.
“Es deber y responsabilidad de nuestra región involucrarnos en el marco de los tratados que nos vinculan y los consensos regionales para contribuir a aplacar la radicalización y el sufrimiento del hermano pueblo venezolano, teniendo presente siempre el irrestricto apego al principio de no intervención en los asuntos internos venezolanos”, agregó.
La representante de Honduras resaltó que sí le corresponde a la OEA haga sus más prontas gestiones y exigencias democráticas porque reconocen que «en Venezuela hay una crisis grave que se agudiza día a día», “y lo que hagamos o dejemos de hacer como países y como organización tendrá efectos en Venezuela, en la organización y toda la región”.
Preguntó «¿por qué los Estados miembros de la OEA no podían llegar a un consenso para pedirle a un país miembros que convoque elecciones?». A lo que adicionó «¿por qué la OEA no puede pedirle a las partes que busquen una solución negociada constitucional, pacífica, democrática a la crisis en Venezuela?»
En contra de la reunión
La delegación de Nicaragua, en voz de su embajador ante el organismo, Carlos Alvarado, manifestó “su más firme rechazo” a esa reunión, por considerar que la misma contraviene el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estado, además de que “la naturaleza de esta reunión es ilícita y enemistosa contra Venezuela”. Destacó que es lamentable que el organismo sea guiado por el interés de un grupo de países, que pretenden establecer un doble estándar y racero en el tratamiento de otros países, lo que va en cointra del principio de la igualdad jurídica entre todos los Estados
“Los asuntos internos de Venezuela deben ser resueltos por los propios venezolanos”, destacó Alvarado.
A este le siguió el canciller de Bolivia, Fernando Huanacuni, quien igualmente rechazó que se llevara a cabo ese encuentro. “Los pueblos libres del continente no necesitan protectorado ni tutelaje”, dijo.
Repudió además lo que catalogó como las «acciones injerencistas» del secretario general de la OEA, Luis Almagro a quien acusó de haberse convertido en «un actor político», actuando al margen de los intereses de los Estados miembros y solo favoreciendo los intereses de países hegemónicos
“O se sigue por el camino del diálogo o se sigue por el camino de la confrontación”, señaló.