EFE | LA PRENSA.- Brasil reactivó hoy las alarmas sobre su sistema penitenciario después de que 56 presos murieran en una cárcel de la Amazonía durante un enfrentamiento entre bandas, una guerra interna del crimen organizado a la que se suma las condiciones precarias de los presidios y el hacinamiento.
Familiares de las víctimas mortales de un motín en una cárcel de Manaos (Brasil) fueron registrados este martes al esperar información de sus parientes, frente al Instituto Médico Legal.
«Todo esto es la consecuencia de un sistema fallido que no tiene como continuar», dijo a Efe Epitácio Almeida, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB), quien coordinó las negociaciones para la liberación de rehenes en la cárcel que fue escenario de la matanza.