EFE | LA PRENSA.- Con pancartas y reclamos, decenas de manifestantes se concentraron ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos para pedirle que suspenda el veto contra refugiados y musulmanes que proclamó el presidente Donald Trump y cuya legalidad examinan hoy los magistrados.
“Estoy aquí porque el veto es inconstitucional, es antiestadounidense, no representa lo mejor de nuestro país, somos una nación de inmigrantes que cree en la libertad religiosa. Y decir que un grupo que pertenece a una religión no puede entrar va contra todo lo que somos”, dijo a Efe Liz Hayes.
Hayes, de 38 años y originaria de Pittsburgh (Pensilvania), sostenía una pancarta con el lema “el veto es inconstitucional”.
Lo que está en cuestión, precisamente, es la legalidad de la tercera versión del veto migratorio, diseñado para obstaculizar indefinidamente la entrada a EE.UU. de los nacionales de seis países de mayoría musulmana (Chad, Irán, Libia, Somalia, Siria y el Yemen) y que incluye restricciones para Venezuela y Corea del Norte.
Todo comenzó en la campaña para las elecciones de 2016, cuando Trump prometió un “bloqueo completo y total” a la entrada de musulmanes a EE.UU., con el fin de detener el terrorismo yihadista.