La Oficina de Prensa de la Santa Sede comunicó que el Papa Francisco aprobó este lunes el reconocimiento de las virtudes heroicas del famoso arquitecto español Antoni Gaudí, conocido por ser quien diseñó la emblemática basílica de La Sagrada Familia en Barcelona, iglesia que en el 2010 fue consagrada por el Papa Benedicto XVI.
El hombre apodado como «el arquitecto de Dios» ha cumplido ahora el primer paso hacia la beatificación y canonización. Fue el 12 de abril del año 2000 que inició este proceso, con la conformidad de la Santa Sede, en Barcelona.


Este famoso artista católico falleció luego de ser atropellado por un tranvía en la Gran vía de Barcelona, el 7 de julio de 1926. Sus restos descansan en su obra maestra, pues fue enterrado en la cripta de la Sagrada Familia, obra a la que dedicó los últimos 14 años de su vida, sin querer aceptar otro proyecto distinto.
De los tres frontales de la basílica, solo llegó a realizar en vida uno, que es el que está dedicado a la Natividad. El segundo se realizó con sus diseños luego de su fallecimiento, y es el que corresponde a la Pasión de Cristo. El tercero, dedicado a la Gloria, está pendiente por realizar.
Aceptó realizar esta icónica obra de Barcelona a los 31 años, teniendo solo 5 años de haberse graduado como arquitecto. El joven Gaudí veía el diseño y la construcción de la Sagrada Familia como una misión encomendada por Dios, por lo que tomó en sus manos el proyecto neogótico, convirtiéndolo en algo diferente y original. Se inspiró por formas presentes en la naturaleza, siendo a su vez bastante rico en simbolismo, que expresaban su profunda fe y espiritualidad, y que tenía influencias benedictinas y franciscanas.


El venerable Antoni Gaudí y su vida como católico.
El famoso arquitecto demostraba con ejemplo de vida que era un buen católico, compartiendo que “La fe en Dios me ayuda, me consuela y me da fuerzas en las situaciones delicadas”, por lo que sus creencias eran su convicción.
Asistía a misa a diario, le gustaba conectar con la naturaleza y era apasionado por la perfección. Vivía en cercanía a los sacramentos, dedico su arte a la alabanza de Dios, a quien ofrecía los frutos de su trabajo, que consideraba que eran su misión para dar a conocer y poder acercar a los hombres al todopoderoso.
Era un trabajador arduo, la prueba de ello es la trascendencia de su trabajo que realizó con mucha espiritualidad y que le dio su toque personal. Su arquitectura se considera como única en el mundo, y en Barcelona están sus más destacadas obras: el Palacio Güell, Casa Milá, Balcones de la Pedrera, Escuelas de la Sagrada Familia y la finca Güell en la Avenida de Pedralbes.