LA PRENSA.- Hace una semana Dilma Rousseff fue destituida por decisión del Senado, pero hasta hoy la ex mandataria abandonará el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial, para dirigirse a Porto Alegre.
En mayo, Rousseff ya había tenido que desalojar el Palacio del Planalto, cuando fue suspendida por la Cámara alta mientras se confirmaba la acusación, no obstante hoy el desalojo será total cuando deje hasta los regalos recibidos en su condición de presidenta.
Según reseñó el diario O’Globo, los objetos fueron catalogados para evitar cuestionamientos del gobierno entrante encabezado por Michel Temer, quien abrió una investigación para determinar el origen de cada objeto.
La ex mandataria llevará sus pertenencias en un avión de la Fuerza Aérea, mientras que los objetos grandes, como su biblioteca, y algunos muebles serán trasladados en cuatro camiones. Cada vehículo, que tiene una capacidad de 18 toneladas, cuesta cerca de 15.000 reales.
No todos los objetos podrá tenerlos en su nueva casa, ya que no cuenta con las dimensiones de los palacios presidenciales, así que alquilará un almacén en la ciudad.
Ex gobernadores como Tarso Genro y Olivio Dutra, el presidente estatal del Partido de los Trabajadores, Ary Vanazzi, y miembros de los movimientos sociales, recibirán a Dilma en el aeropuerto de Porto Alegre.