Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- En promedio un barquisimetano necesita más de dos millones de bolívares para poder desayunar en la calle, y aunque abundan los kioscos y la venta de empanadas y panaderías en el centro, vendedores aseguran que la escasez de gas doméstico y el incremento de precios de la harina y aceite los tienen percibiendo 60% menos ventas que en 2020.
En un negocio frente al Hospital Central, Marco Chaviel, comerciante, comunicó que trata de hacer combos para captar clientes a diario. «Dos empanadas con caraotas y queso más jugo cuestan 900 mil bolívares, el combo de las empanadas de pabellón está en 1.500.000 bolívares, pero lo que más se vende es el combo de tequeños, 20 tequeños más jugo cuestan un dólar«, comentó.
Emilio Pineda atiende un negocio en la Zona Industrial Uno, e informó que han decidido fijar el precio de las empañadas en dólares por la hiperinflación. «Los de rellenos que van de carne mechada, queso y caraotas las tenemos en 80 centavos de dólar y las de pabellón en un dólar. Los productos se encarecen por la escasez de gas, hay que recurrir a comprar las bombonas de 43 kilos bachaqueadas, y ya están en 75 dólares, o las de 10 kilos en 15 dólares», mencionó. A veces improvisan con una cocina artesanal que funciona con gasoil, combustible que se ha vuelto igual de difícil conseguirlo en el país.
«Uno hace de tripas corazón, antes las ventas daban para comprar un inventario de tres meses, ahora a duras penas alcanza para la semana. De los productos que más se han disparado por la hiperinflación están el aceite, la harina precocida y la carne», comunicó Elizabeth Márquez, una comerciante de la avenida Vargas, cerca del Hospital Central.
En una panadería, Rocío Mujica comunicó que los cachitos sobrepasan el millón 120 mil bolívares y un pastelito de queso se consigue en 900 bolívares. «Ya no se puede comer en la calle, quienes perciben un salario inferior a los 30 dólares al mes, comerse una empanada o pagar un desayuno en una panadería es un verdadero lujo», expresó.
Algunos comercios también venden desayunos que cuestan cinco dólares en promedio. En Venezuela tanto los cuatro millones de pensionados como los trabajadores del sector público viven con menos de 69 centavos de dólar al mes.