Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- El economista Luis Oliveros informó que esta radicalización de la cuarentena social por el coronavirus deja claro que Venezuela está muy alejada de normalizar la distribución de combustible. En nueve estados del país más el Distrito Capital, se suspendió el servicio 24 horas en las gasolineras, un esquema de distribución que se mantuvo tan sólo por una semana.
«Era inviable tener en Venezuela estaciones de servicio laborando 24 horas, no sólo desde el punto de vista logístico, sino desde el punto de vista de la exposición a la inseguridad. Bombas cobrando en dólares en ciudades que han sido catalogadas como las más peligrosas del mundo era un inconveniente. Hay que tener en cuenta también que el gobierno no ha resuelto el tema de la gasolina, porque aunque en algunas partes del país las colas han disminuido, en zonas del oriente siguen viviendo la crisis del combustible de una manera muy fuerte», resaltó el especialista. A esto se le suma que las refinerías de Pdvsa todavía no han arrancado y el país sigue dependiendo de la gasolina importada proveniente de Irán.
Según denunció Giorgio Reni, presidente de Fedecámaras Lara, en los dos primeros días de radicalización de la cuarentena en Iribarren se vieron largas colas en estaciones de servicio que vendían la gasolina a precios subsidiados donde sólo estaban atendiendo a personas con salvoconducto, muy pocas disponibles para el público en general.
«Las empresas están recurriendo al pago de la gasolina en divisas a 0,50 centavos de dólar, donde no hay cola, y eso se viene aplicando desde las últimas tres semanas. Se ha paralizado el transporte de productos alimenticios entre estados, pero será inevitable que los gastos de combustible no se reflejen en los productos de primera necesidad terminados«, resaltó Reni.
Según el balance desde Fedecámaras es que los bloqueos de seguridad que se tienen entre municipios como Palavecino está afectando la operatividad de empresas de producción en Iribarren, porque no se les ha permitido buscar a la totalidad de sus empleados para implementar cronogramas de trabajo. «El sector priorizado que es el que tiene permitido laborar está operando a menos del 20 por ciento de su capacidad instalada por esta dificultad de trasladar a su fuerza laboral», expresó el presidente de Fedecámaras.
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