Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «No hay historia médica porque no fue atendida«, se escuchó de una joven que lloraba la muerte de su madre a las afueras de la morgue, luego de un recorrido que implicó casi 20 kilómetros desde El Cují y por tres centros asistenciales. Vivieron una madrugada de angustia y sin saber el diagnóstico de su madre que finalmente falleció de un infarto a la espera de ser atendida en el Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto. Una realidad que han vivido varias familias, debido al déficit de especialistas en la red primaria, falta de insumos y de equipos médicos que permitan confirmar el diagnóstico.
Fueron aproximadamente 5 horas de impotencia y un tiempo que pudo representar la salvación de la septuagenaria. A la 1:15 a.m. tuvieron que pedir colaboración a una vecina para el traslado porque la paciente tenía síntomas de un posible accidente cerebrovascular o infarto, por la dificultad para hablar como si estuviera su boca adormecida y para respirar. El centro más cercano fue el ambulatorio Las Marías y allí le suministraron tratamiento endovenoso, pero les recomendaron el traslado al Seguro y se dirigieron al Hospital Juan Daza Pereira, donde les indicaron que no tenían oxígeno. Les aconsejaron el principal centro asistencial, donde «aparentemente» ella podía esperar. Antes de las 6:00 a.m. el dolor fue más insoportable y muere en brazos de uno de sus hijos.
«Es parte del desastre hospitalario y que no existía de tal manera», señala Ruy Medina, exdirector del Hospital Central, al recordar lo necesario del profesional con pericia que puede advertir la gravedad del caso y teniendo la capacidad del diagnóstico. También lamenta que se tienen casos con personal entrenado y limitado por la falta de medicamentos, insumos médico quirúrgico y sin disponibilidad de examen de apoyo por la inoperatividad en servicios de diagnósticos auxiliares, como laboratorios, rayos x, tomografías y otros.
Exige gerencia en la administración de la salud que demanda mayor inversión. Una preocupación que comparte Euclides Durán, del Sindicato de Empleados Públicos de Salud, porque «es una situación que la sufre el paciente y familiares a consecuencia de la desidia gubernamental, que muchas veces tienden a maquillar cuando vienen autoridades». Así lo considera de las recientes visitas de la ministra de Salud, Magaly Gutiérrez, a algunas áreas de hospitales en Lara, cuando la dotación sigue siendo insuficiente y deja desamparados a quienes buscan recuperación.