La «Economía compartida«, un modelo económico en el que empresarios del sector privado se unen para intercambiar bienes, servicios o financiamiento, es evaluada por gremios en Lara como una nueva alternativa para incrementar la producción industrial, agrícola y las exportaciones.
«Se trata de un modelo donde recursos, bienes y servicios se comparten, usualmente a través de plataformas digitales, facilitando el acceso a una gran gama de productos. Los empresarios se apalancan para aumentar su potencial«, explicó Jesús Casique, economista.
Marisol Mujica, experta aduanera, destaca que en Lara existen algunas experiencias que aplican el concepto de «coopetitividad» —la práctica de combinar competencia y colaboración entre actores económicos que son al mismo tiempo competidores. Un ejemplo es el proyecto de crear un «clúster» (grupo) para exportar pitahaya, piña y cítricos desde este estado.


Sector privado considera proyectos para exportaciones
Se planea una Asociación de Productores de Pitahaya. Quince pequeños productores de Yaracuy, Portuguesa y Lara buscan no solo expandir este cultivo, sino también colocar contenedores en mercados como España en algunos años.
«Es un modelo de internacionalización para minimizar costos. Al comprar o exportar en grandes cantidades, se puede negociar en mejores términos. La contratación de navieras y el servicio de agenciamiento de aduana se hacen más económicos, y adicionalmente hay más oportunidades de captar mercados», afirmó Mujica.


Según Marco Teixeira, presidente de la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales de Lara (Capmil), los integrantes de esta asociación llevan tres años investigando cuáles frutas son aptas para la exportación (aquellas que soporten más tiempo en anaquel después de la cosecha), qué productos se pueden fabricar con ellas (como mermeladas o gelatinas), y qué insecticidas, fungicidas y fertilizantes de control biológico son aceptados en el mercado extranjero.
José Vicente Ríos, presidente de la Cámara de Comercio de Lara, informó que en Caracas, aunque de forma incipiente, se han desarrollado desde hace algunos años proyectos de crowdfunding o financiación colectiva para aumentar la producción ganadera o de maíz en el país.


«Desde Lara estudiamos el fenómeno como una posibilidad de encontrar fuentes de financiamiento. El crowdfunding ocurre cuando muchas personas se interesan en financiar un proyecto, como la ganadería, y este genera un retorno en un tiempo determinado», argumentó Ríos, destacando la necesidad de créditos en el país.
«Desde 2013, las entidades bancarias del país dejaron de financiar. Las experiencias existentes son muy puntuales. Por eso se buscan alternativas de financiamiento privado. Cuando la inflación es alta, el que consigue mejor precio de compra es el que gana», afirmó.