Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Las tres entradas que tiene el pueblo de Santa Rosa se mantienen acordonadas por alcabalas militares y policiales, con el propósito de evitar que se concentren en los alrededores del santuario devotos con el deseo de ver a la imagen de la Divina Pastora.
Los pobladores que se acercan a la iglesia y las personas que intentan pasar con sus vehículos son interceptados por funcionarios de seguridad quienes les informan que el paso está cerrado y que el templo donde se encuentra la imagen milagrosa no estará abierto en ningún momento.
En las calles que están alrededor de la plaza, se encuentran trabajadores de la Alcaldía del municipio Iribarren haciendo trabajos de pintado de brocales, pintura de los bancos de la plaza y limpieza en el ornato.
Algunos lugareños que viven a escasos metros de la iglesia, esperan por horas que abra sus puertas para ver de cerca a la virgen, tal como pudieron hacerlo en diciembre en flexibilización.