Sanciones a “Basurongo” alcanzan las 21 horas de trabajo comunitario

Aplicar horas de trabajo comunitario que implican limpieza de espacios públicos, con infractores vestidos de «Basurongo», busca hacer que los ciudadanos acaten la Ley de Convivencia Ciudadana y respeten ordenanza de la disposición de desechos sólidos. Es una de las medidas del Instituto Municipal de Aseo Urbano y Domiciliario de Barquisimeto, ante las denuncias en comunidades. Persiguen la toma de conciencia por el cuidado del ambiente, en 2024 impusieron 17 sanciones de este tipo, principalmente en el centro de la ciudad.

Es lamentable que aprendan, sintiendo vergüenza, al vestir una braga anaranjada con letras negras y mayúsculas en su espalda que los identifican como «Basurongo» y disponerse a barrer calles, recoger ramas o limpieza de parques o plazas. Pero llegan a este extremo, tras tener varios llamados de atención, producto de las denuncias recibidas en la Oficina de Atención al Ciudadano, porque los vecinos no soportan la indiferencia de quienes sacan la basura a destiempo, cobran por botar los desechos que lanzan en quebradas y hasta algunos dueños de establecimientos que ignoran el deber de disponer los desechos adecuadamente.

Basurongos reciben charlas

Janer Romero, presidente de Imaubar, reitera que trabajan directamente con las comunidades y que estos 17 «Basurongos» cumplieron entre 13 a 21 horas de trabajo comunitario; es decir, tras una o varias charlas de la importancia de preservar el ambiente, respetar los horarios para sacar la basura y no contribuir con los vertederos improvisados en cualquier esquina.

Las zonas con más incidencia son avenidas Libertador y Rómulo Gallegos, El Malecón, El Japón y sectores cercanos.

También han realizado 96 fiscalizaciones en zonas residenciales y comerciales, vigilando que se cumpla con el horario previsto para la recolección con las unidades compactadoras, la firma de 917 actas de compromiso y 821 notificaciones de la frecuencia de la ruta del servicio, incluso en algunos sectores de difícil acceso con los motocargueros. La comunidad El Jayo, de El Cují, fue una de las primeras con este tipo de servicio debido a la vía que es muy inclinada.

«Como buenos ciudadanos deben respetar la ley y ordenanza municipal, por eso insistimos en la charla con responsabilidad en la salubridad pública. Así como entender que no se permiten desechos vegetales por podas ni punzopenetrantes», explica reiterando que el programa «Todos contra el Basurongo», más allá del castigo, busca el compromiso con el cuidado de nuestro entorno.