Quíbor se rinde a los pies de la Virgen de Altagracia en su Visita 141

Quíbor se colmó de ese río mariano, con el calor de la feligresía que fue a buscar al sagrado lienzo de Nuestra Señora de Altagracia en el templo Nuestra señora de Guadalupe en La Ermita por su Visita 141.

La avenida Pedro León Torres se transformó en el corredor de la Virgen, donde el canto y la música siempre estuvieron presentes, con agrupaciones, coros y solistas que ofrendaban su canto.

El trayecto fue intermitente entre los fuegos artificiales de algunas tarimas que iluminaban el cielo y con tal estruendo anunciaban la llegada de la madre de Dios.

Algunas familias decoraban las fachadas de sus casas con globos azules y blancos, flores y los más creyentes con sus altares agradeciendo con fervor por su protección infinita.

Alcides Sequera, devoto, estaba acompañado de parientes de valle de la pascua, especialmente por su prima María José quien iba en silla de ruedas por su enfermedad congénita y que vino pidiendo por la recuperación de su madre que padece de cáncer.

Monseñor pide unión para el pueblo de Quíbor

La misa de salida fue oficiada por monseñor Polito Rodríguez, quien resaltó la importancia de buscar de Dios y de que Nuestra Señora de Altagracia siga uniendo al pueblo de Quíbor, pero con una familia más allá de la procesión, sino comprometida con la formación en valores de respeto al próximo y de cultura vocacional, para tener hijos dispuestos a la vida consagrada al Señor.

Monseñor se acercó a la imagen para esparcir  el incienso y al culminar empezaron a caer pétalos de rosas que indicaban el recorrido.

Serenata, golpes y rogativa salveras, entre otros homenajes de canto mostraban la alegría de un pueblo que espera cada tercer viernes de enero para acompañar a su Virgen.

Alrededor de 3 horas duró la procesión hasta llegar a la iglesia Nuestra Señora de Altagracia.