La falta de relevo y el amor por la educación universitaria mantiene a los profesores dentro de las aulas formando a profesionales. Para la profesora Déborah Velásquez, presidenta de las Asociación de Profesores Universitarios de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), esta es una labor que se hace por compromiso, convicción y por la confianza en que el país mejore.
Velásquez asegura que desde hace más de 20 años la situación económica y social de los profesores universitarios no es la misma, ha ido cada vez más en desmejoras y tienen dos años y ocho meses con el mismo salario. De manera que dicen no tener motivo para celebrar el Día del Docente Universitario en Venezuela, solamente harán un pequeño compartir.
En el país, cada 5 de diciembre desde 1958, se celebra el Día del Docente Universitario, fecha de la aprobación de la Ley de Universidades en la que reconocen la importancia que tienen los docentes universitarios en la formación de profesionales que contribuyan al desarrollo del país.
Velásquez recuerda que antes del año 2000, el sueldo de los docentes universitarios dependía de un instrumento llamado la norma de homologación; es decir, que para el ajuste salarial se utilizaba el índice inflacionario, se hacía un promedio que impactaba el sueldo del profesor lo que permitía que su ingreso estuviera en sintonía con la situación económica del país. Pero el Ejecutivo hizo una consulta al Tribunal Supremo de Justicia sobre qué les parecía esta norma y la respuesta fue que ningún sector debía ser privilegiado en la sociedad. Luego se firmó la primera contratación colectiva, en la cual se establecieron acuerdos de mejoras para el personal universitario que no se cumplieron.
Profesores con bajos salarios
La falta de un sueldo suficiente ha ido mermando la cantidad de profesionales dedicados a la docencia universitaria, dejando al profesor sin relevo y ejerciendo labores paralelas que les permitan cubrir sus gastos personales.
Tal es el caso del profesor Pedro Estrada, médico genetista, quien a pesar de haber cumplido con el tiempo de trabajo para jubilarse, asegura no tener un profesor de relevo que continúe con la formación de profesionales en su área de genética, considera que es un compromiso consigo mismo.