Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Aunque la agroindustria logró un crecimiento económico de 21% este año, según la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), la realidad es muy distinta para los productores del campo, quienes han visto que sólo la producción de caña de azúcar y la siembra de maíz detuvieron su caída y aumentaron 20% en comparación con el año pasado, pero los demás rubros alimenticios como el arroz, el café y las hortalizas se mantienen en los mismos niveles de la época de 1950.
Productores señalan que la escasez de combustible, falta de financiamiento para adquirir semillas de primera calidad, productos agroquímicos y maquinaria, más las deterioradas vías agrícolas y el empobrecimiento de la población son las razones por las que el sector primario no ha podido mejorar sus condiciones.
Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), informó que este año se produjeron 3 millones 500 mil toneladas de azúcar, que representan el 40% de lo que el país producía en 2009, que eran alrededor de 9 millones de toneladas. «Sin embargo, quedaron en el campo 350 mil toneladas de caña por no tener gasoil los centrales ni los productores», advirtió.
Si se compara con la zafra 2019-2020, el incremento fue de 25%. El expresidente de Fedeagro, Fernando Camino, indicó que esto representa un leve repunte que se puede calificar como un rebote estadístico. «Es un cultivo que tenía ocho años continuo en picada, y que registró un descenso histórico en 2020 cuando comenzó la pandemia, es decir, detuvo su caída», apuntó.
En cuanto al cultivo de cereales, informó que aumentó la capacidad de siembra del maíz, pero se registraron retrasos de hasta un mes porque las lluvias no fueron continuas en estados como Portuguesa o Guárico. La cosecha culmina los últimos días de diciembre.
«Este año alcanzamos 205 mil hectáreas de maíz sembradas, eso equivale a 850 mil toneladas, un 20% más que en 2020. De esa cantidad, el 70% (595.000 toneladas), es maíz blanco utilizado para la elaboración de la harina precocida, y el 30% (255.000) de maíz amarillo utilizado para la elaboración de alimentos para aves y cerdos», comunicó. Afirmó que en el año 2011, Venezuela abastecía la demanda total de maíz blanco y amarillo, que era de un millón 400 mil toneladas por año para cada uno. Ahora el déficit que hay debe ser suplido con importación.
«Hemos mejorado rendimiento, hemos recuperado capacidades debido a que ahora los productores privados, las asociaciones, los empresarios estamos importando los insumos que necesitamos, insumos de primera línea mundial, mejorando las semillas», expresó.
Informó que la siembra de arroz se mantuvo en 34 mil hectáreas sembradas, que equivalen a 140 mil toneladas. El consumo nacional es un millón de toneladas, es decir, hay un déficit del 85%. Este cultivo fue uno de los más afectados del país porque requiere de gasoil tanto para la siembra como para el riego.
«El arroz tiene un problema serio de comercialización de precios que nos ha afectado este año, porque tenemos una competencia desleal promovida por el Gobierno nacional que está importando arroz blanco desde India con un 40% de granos partidos, muy barato para las cajas CLAP, o sea en cualquier parte del mundo ese arroz debería ir a consumos de animales, pero en Venezuela se le da a las familias más vulnerables», advirtió.
Fedeagro registra además unos niveles negativos para la producción de café en Venezuela. «El café tuvo una mala floración y eso de debe a la falta de fertilizantes. Se calcula que se van a producir unos 380 mil quintales en 2021. El año pasado nosotros registramos una producción de 341 mil quintales», expresó, en zonas como Guarico en Morán y Duaca en Crespo, en octubre los caficultores registraron la pérdida de sus cosechas por no contar con combustible para sacarla a la agroindustria o comercializarlas.
Mencionó que aunque estos dos últimos meses son los de mayor demanda para las hortalizas y verduras por la elaboración de las hallacas, la realidad es que apenas la región andina y municipios agrícolas del estado Lara, como Jiménez y Andrés Eloy Blanco están produciendo el 35% de los alimentos que requiere la población. Sostiene que la escasez no la percibe el país porque son muy pocos los venezolanos con poder adquisitivo para incluir hortalizas en su alimentación diaria.
«En los Andes se está dando un fenómeno, la crisis económica ha hecho que muy pocos productores estén utilizando fertilizantes, tampoco cuentan con suficientes semillas y tienen problemas con el flujo de caja. Además las carreteras agrícolas están muy deterioradas», expresó.
Por su parte, Fernando Camino, alertó que desde que comenzó la pandemia el gobierno venezolano ha permitido el ingreso de hortalizas de contrabando de Colombia, y están cubriendo alrededor del 30% del consumo nacional con precios muy bajos, lo que representa una competencia desleal.
«En Venezuela no podemos competir con los precios de Colombia, primero por la inflación, el vecino país tiene una inflación de 3% anual, mientras que en Venezuela es de 1.576,5%. Es el único país en el mundo que en este momento registra hiperinflación», exclamó.
Fantinel sostiene que las proyecciones para 2022 es que puedan seguir recuperando capacidades de producción. «El sector privado hizo de lado la política. No nos negamos a conversar, hemos tenido reuniones con gobernadores, alcaldes, ministros, pero requerimos que en Venezuela se incrementen los sueldos para que vuelva a repuntar la demanda de alimentos», enfatizó.
60% del gasoil es del mercado negro
Este año si la producción de algunos rubros tuvieron un ligero repunte, se debe a que los agricultores lograron abastecerse de gasoil del mercado negro. Según estimaciones de Fedeagro, el 60% del combustible utilizado para la siembra del maíz no fue distribuido por el Gobierno nacional.
«Está entrando gasolina y gasoil, no sé en qué cantidades, pero no son suficientes porque Zulia todavía registra escasez, lo mismo pasa en Portuguesa. Los productores ya decidieron ir a buscar gasoil hasta en la China, van a Cojedes, van a Lara, van a Barinas, a Guárico, donde sea están buscando el gasoil para poder producir. En el mercado informal han llegado a pagar el litro de gasoil hasta en 0,80 centavos de dólar», expresó Celso Fantinel, presidente de Fedeagro.
Saúl López, presidente de la Sociedad de Ingenieros Agrónomos de Venezuela, indicó que aunque ha sido una solicitud constante del sector privado al Gobierno para que les permitan importar gasoil desde Colombia, el Ejecutivo nacional ha negado los permisos. «Los grandes productores que compran en volumen pagaron el litro de gasoil en 0,30 dólares o 0,35 dólares a inicios de año, ahora pagan $0,45. Los pequeños productores que tienen 20 o 40 hectáreas lo pagan más caro a 1.50 dólares el litro», expresó.
Comunicó que a pesar que no hubo un repunte de siembra en todos los alimentos, este año el sector primario logró producir con su propio músculo financiero.
«El 95% de los alimentos que se produjeron fueron responsabilidad del sector privado, sin dependencia del Estado, sin créditos, el financiamiento se obtuvo por vías de actores privados, y si creció de esa manera eso quiere decir que el Estado no debería intervenir nunca más, sólo debe preocuparse por garantizar el suministro de combustible y mejorar condiciones macroeconómicas que permitan incrementar los créditos en el país. En el pasado habían unas estructuras de costo que eran 60% subsidiadas entregando insumos económicos, pero de acuerdo a la realidad económica actual, eso ya no vuelve», enfatizó.