José Miguel Najul LA PRENSA.- Aquiles Belano se amarra bien sus zapatos, se calza una gorra y aprieta el paso. En lugar de cancelar 100 bolívares por un trayecto corto —menos de un kilómetro— en un ruta del este de la ciudad, los ahorra, aminorando los gastos de transporte, que prefiere destinar a la compra de alimentos. Como Belano, muchos larenses han comenzado a saltarse las rutas más cortas, pues al sacar la cuenta del gasto modesto pero frecuente, se percatan de que es un elemento que puede erosionar considerablemente el poder adquisitivo.
“Yo agarro tres transportes para poder llegar a mi trabajo, porque voy hasta el oeste. Son trescientos bolívares como mínimo, para ir, y lo mismo para venir. Es decir, 12 mil bolívares si me los gasto completo todos los días: la mitad de una quincena”, es el cálculo que estima el consultado, quien devenga sueldo mínimo por sus labores como empleado en un negocio.
Los usuarios están conscientes de que el costo del transporte es alto, y se quejan de la frecuencia con la que los transportistas, aupados por Erik Zuleta, presidente del Sindicato Automotor, incrementan los precios.
“Yo entiendo que los transportistas, como todo el mundo, tienen sus necesidades. Sabemos que los repuestos están muy caros, y que deben pagarlos a precio del mercado negro, pero eso no justifica que por un trayecto corto quieran cobrarle a uno el pasaje completo. Todos estamos mal y en lugar de afincarse debería haber un poco que comprensión”; expresa el señor Luis Mendoza.
Además, los usuarios están alarmados por el incremento que prevén para este año 2017 en materia de transporte. También critican el hecho de que, a pesar de que hay incrementos en el precio del pasaje, no hay mejoras considerables en la prestación del servicio o las unidades.