Un programa de investigación para el monitoreo y evaluación de los ecosistemas, así como el censo demográfico (personas y viviendas) del Parque Nacional Yacambú, en el municipio Andrés Eloy Blanco y con límites al estado Portuguesa, es el plan piloto que lleva a cabo el Instituto Nacional de Parques (Inparques) junto al Ministerio de Ecosocialismo (Minec). Buscan conocer las pérdidas de vegetación dentro del área protegida y su causa.
El Parque Yacambú ha sido uno de los más golpeados por las actividades agrícolas, las cuales han sido denunciadas en varias oportunidades por movimientos ambientales. Ante esto, Inparques evalúa la zona para identificar cuántas familias viven allí, qué cantidad de hectáreas han sido ocupadas y distinguir entre población propia y foránea.
Jorge Rodríguez, responsable de la División de Parques Nacionales en Lara, dijo que el plan piloto inició en Yacambú, pero esperan que, con ayuda de las demás instituciones, se extienda a los otros parques nacionales.


Lo que han estado monitoreando es que en el área protegida de Yacambú hay cultivos y también se han levantado viviendas improvisadas por personas que llegan de otros estados. La mayoría son productores agrícolas, y su acción sería lo que más ha deteriorado el parque.
Dentro del programa también está el monitoreo del oso frontino, un animal que tiene presencia en la zona y cuyo hábitat se ha visto afectado por la actividad agrícola. Debido a esto, el equipo de investigadores ha señalado la importancia de su conservación, porque es un animal en peligro de extinción.
Expresaron que las instituciones que trabajan por el ambiente han estado al pendiente de los cuatro parques nacionales en Lara y del Monumento Loma El León, este último un área protegida de importancia ecológica ubicada en el suroeste de Barquisimeto.
Personal de Inparques, junto a otros del Minec han tratado de medir cuánto se ha perdido en cobertura vegetal a causa de las quemas y la tala indiscriminada en áreas protegidas. Según información de los guardaparques y movimientos ambientalistas, la mayoría de los incendios forestales que afectan los parques son provocados.
«Recientemente, este mismo proyecto fue presentado en otro país, Bolivia, para el intercambio de saberes sobre el uso de tecnología de última generación que pudieran aplicarse dentro de este programa de investigación», dijo Rodríguez.
Este programa inició hace aproximadamente cinco años, pero este 2025 ha sido impulsado por técnicos y guardaparques con apoyo de instituciones como el Zoológico de Bararida, Inecolara y Minec. También esperan que al proyecto se una Fundacite-Lara, con el fin de aportar conocimiento en el área de tecnología y mejorar las políticas de protección, así como diseñar alternativas para la mitigación de los incendios.


El Parque Nacional Terepaima es otro de los que han sido protegidos y en el que hay una diversidad de fauna. Aunque el oso frontino no se ha visto en vivo, los guardaparques han avistado huellas que podrían corresponder a este animal.
En el Terepaima también se han observado venados, pumas, paujíes y una gran diversidad de aves y reptiles, lo que para los guardaparques es una señal de que se ha dado la importancia necesaria a la protección de estas áreas verdes. Aunque Lara no es uno de los estados con más parques nacionales, se encuentra entre los primeros puestos por diversidad de fauna y flora, y número de áreas protegidas.
Rodríguez resaltó que el estado Lara es un estado megadiverso, porque sin tener costas presenta gran variedad de ecosistemas: páramos, zonas frías, ríos, zonas semiáridas y áreas llanas.
En el caso del Parque Dinira, uno de los más visitados en el estado por su majestuosa Cascada del Vino, también han trabajado para evitar impactos y daños al ecosistema por la acción del hombre.
El Parque Nacional Cerro Saroche, ubicado en los municipios Jiménez, Torres e Iribarren, es el cuarto parque de Lara y uno de los más afectados por la tala de árboles para la extracción de carbón.
Ambientalistas como Iniciativa Cotoperí y la Fundación Guardería Rescate y Defensoría Ambiental (Guardeam), han denunciado la deforestación, buscando frenar la extracción ilegal en la zona.
Rodríguez destacó que en el Cerro Saroche hay diversidad de flora y fauna. En el caso de aves se encuentra el cardenalito, que se trata de preservar porque está en peligro de extinción. En cuanto a la vegetación arbórea, algunos árboles están en veda, como la vera, que se protege debido a su valor ecológico.