jueves, 21 noviembre 2024
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Niños requieren de hábitos y valores para mejorar resultados académicos

La adaptación de los niños a las aulas de clases depende de los hábitos que se inculcan en el hogar. Especialistas  insisten en que los padres y representantes deben hacer seguimiento a las actividades académicas de los estudiantes y crearles hábitos que les ayude a comprender los contenidos.

La educación de los niños es un proceso continuo que se desarrolla desde el momento en que se levantan hasta que se acuestan. Astrid Rivero, psicopedagoga, explica que el hogar debe ser el primer lugar en el cual el niño sea educado y preparado para ingresar al sistema escolar, de tal forma que el docente pueda recibir  a estudiantes que ya hayan aprendido a ser respetuosos, escuchar a quien habla, seguir instrucciones, incluso mantenerse sentado un tiempo prudencial e interactuar con otros niños.

Explica que en el caso de educación inicial los padres también deben ayudar a que los niños sepan expresar sus necesidades, y si no lo pueden hacer de forma verbal, que lo hagan por medio de dibujos.

Para los niños de preescolar o primaria acciones tan sencillas como buscar un par de medias puede contribuir a consolidar  la atención, ya que el pequeño se concentra en seguir las instrucciones. Este ejercicio también fortalece la orientación espacial del niño. “Por ejemplo, se les indica: busca las medias que están en la segunda gaveta de arriba hacia abajo, por el lado derecho”, dice Rivero.

Niños deben trabajar rutina en casa

La especialista precisa que trabajar los hábitos en casa no sólo impulsa el rendimiento académico, sino que también promueve el desarrollo de conductas necesarias para afrontar el proceso de aprendizaje con serenidad y confianza a cualquier edad.

Tareas dirigidas
Los niños se pueden expresar en forma de dibujos

“No se debe creer que ellos son capaces de hacerlo todo sin guiarlos. Hay que servirles de modelo, ellos aprenden de acuerdo a lo que ven”.

Luisa Pernalete, docente especialista del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, comenta que lo ideal es que la preparación sea antes del regreso a clases; sin embargo, una vez iniciado el año escolar se pueden formar rutinas de aprendizaje en los niños.

“El día a día trae muchas oportunidades para reforzar las matemáticas. Por ejemplo, si compran frutas y pan se le puede pedir al niño que calcule cuánto dinero se tenía y cuánto se pagó en la compra”, dice Pernalete, de esta forma practican matemáticas sin estudiar las tablas de restar o sumar, y además se vuelven capaces de conocer la importancia de que lo que aprenden en clases es aplicado a la vida real.

En el área de lenguaje, para la lectura lo primordial es el refrescamiento, pues los primeros años de escolaridad es un aprendizaje que se puede olvidar si no se practica, por lo que ponerlos a leer un cuento que les guste, una receta que se esté preparando o sólo leer entre padres e hijos son algunas de las mejores opciones.

Pernalete señala que la interacción es una motivación importante; sin embargo, refiere que la idea no es ponerlos a estudiar las 24 horas del día, sino aprovechar oportunidades para reforzar los contenidos escolares de forma atractiva.

Dibujar, colorear son otras de las técnicas de gran ayuda que incentivan la creatividad, la imaginación, además ayuda a los niños a desarrollarse cognitivamente, psicológicamente y creativamente.

Los especialistas coinciden en que conversar con los jóvenes, indistintamente de la etapa en la que estudien, permite conocer sus expectativas sobre el nuevo año escolar, recordar qué fue lo bueno y lo malo del anterior para discernir y aprovechar lo positivo, esta es una forma de calmar la ansiedad que puedan tener los niños.

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