viernes, 22 noviembre 2024
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Negocio de tapiceros se viene abajo ante la inflación

Luis Marchán | LA PRENSA de Lara.- La crisis económica que atraviesa el país comienza a pasar factura a los tapiceros en Barquisimeto, cuya clientela se vino abajo debido a los altos precios de la mano de obra que superan un sueldo mínimo.

Realizar un simple remiendo a un mueble que se dañó por la polilla o quemadura de cigarrillo tiene un valor de entre 200 mil y 500 mil bolívares, mientras que una reparación total llega a las 2 millones de bolívares.

Al alto costo de la mano de obra se une también el elevado precio de la materia prima. Tela, semicuero y vinil son los más caros con cifras que van desde 320 mil bolívares. Mientras que la pega, el hilo y la grapa superan fácil los 200 mil.

Estos trabajadores argumentan que cada 15 días deben ajustar los precios del tapizado, porque los materiales suben en un 20% cada vez que les toca reponer el inventario, situación que vienen padeciendo progresivamente desde hace 3 años cuando la hiperinflación ahorcó a los clientes y por supuesto el precio de su trabajo.

Margarita Orozco, del barrio La Lucha, fue a un tapicero cerca del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto, a quien le preguntó por la reparación de una butaca, cuya tela de vinil estaba podrida por la orina de su gato. Quedó sorprendida cuando escuchó que el trabajo completo le costaba el estratosférico precio de 4 millones 645 mil 120 bolívares.

«No sé qué haré. Lo arrumaré, regalaré o lo lanzo al camión de basura. No puedo pagar ese monto«, expresó.

Los altos precios para reparar la tapicería de los carros también es impactada por el alza de los costos. Para tapizar completo un carro nuevo, el propietario debe disponer de aproximadamente 7 millones de bolívares.

La clientela fija y cuando estos recomiendan a otras personas, es la sobrevivencia en este oficio en la capital larense. Según José Castro, un tapicero en el centro, hay semanas que se dedica a limpiar el local y buscar precios de insumos porque no tiene trabajo.

«La gente viene y pregunta precios, pero se va porque se espantan con los montos. La mayoría sufre porque no quiere botar sus muebles, pero el sueldo no les da para pagar la reparación», dijo.

Para los expendedores de materiales e insumos para el sector tapicero, el otro problema a enfrentar es que en los últimos 2 dos años los proveedores dejaron de venir al estado Lara, situación que ha menguado su cartera por no disponer de bastante reales para pagarle a intermediarios.

«Los proveedores venían desde Valencia o Caracas semanalmente o si no llamaban para conocer el pedido«, según Franklin Jiménez, comerciante.

 

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