Filtraciones, ascensores dañados y paredes agrietadas son parte de los daños de edificios antiguos de Barquisimeto, debido a la morosidad en el pago de las cuotas de condominio, situación que no sólo ocurre en el estado Lara, sino en gran parte del país.
Ana Bastidas, habitante de los edificios de la urbanización Antonio José de Sucre, urbanismo fundado a finales del año 1971, debe subir seis pisos para poder llegar a su apartamento porque el ascensor tiene poco más de siete años dañado.
«A mis 68 años me cuesta estar subiendo todos los días las escaleras. Hace un tiempo hicieron un presupuesto para el mantenimiento del ascensor, pero no todos los propietarios podían pagar esa cantidad porque en este edificio la mayoría es jubilado y pensionado», comentó Bastidas.
Lo que ocurre en la urbanización «La Sucre» se extiende a varios sectores de la ciudad, que pese a que existe una administración de condominios, no todos pagan al día, aunque otros aseguran que la cuota es mínima para el mantenimiento.
Ascensores dañados y filtraciones: La morosidad de condominios pasa factura
En algunas comunidades de Barquisimeto, más que todo en zonas populares, el deterioro de edificios ha sido acelerado y una de las principales causas es la morosidad en el pago de condominio.
Los montos mensuales varían, dependiendo de la zona y del edificio, pero según las personas consultadas por LA PRENSA van desde cinco hasta 50 dólares.
Aunque el gran número de morosos son personas que están fuera del país, también hay un grupo que asegura no alcanzarle el dinero para pagar condominio, servicios públicos y comida.


Alexandra Gaete, abogada experta en condominios, explicó que la morosidad existe en los condominios por la situación económica del país. En el caso del estado Lara, entre el 40 y 45% de los dueños o inquilinos de apartamentos están morosos.
«Tenemos dos tipos de morosos: los leves y los de larga data. Hay morosos que están acostumbrados a que cuando se les pasa el recibo no lo ven como una obligación», comentó Gaete.
La especialista sostuvo que entre los motivos circunstanciales está alguna enfermedad o situación inesperada que estén viviendo y que por eso se retrasan en los pagos, pero también existen los morosos definitivos que son los que dependen de una jubilación.
«Analizamos los casos y pactamos formas de pago, pero no podemos exonerarlos porque problemas tienen todos y el edificio necesita mantenimiento», indicó Gaete.