La creciente incidencia de accidentes de motocicleta ha generado una profunda preocupación entre los expertos en seguridad vial, quienes advierten que los niños y adolescentes son la población más susceptible a estos siniestros.
El Observatorio de Seguridad Vial (OSV), reporta que, de cada 100 accidentes de motos, al menos dos involucran a menores de 18 años, ya sea por acción propia o por imprudencia de terceros. Rosibel González, coordinadora del OSV, indica que los datos de la organización revelan que el grupo etario de 14 a 18 años es el más afectado, tanto de conductores como acompañantes. Por otro lado, los incidentes con niños de 5 a 10 años, generalmente se atribuyen a la imprudencia parental.
González enfatiza la preocupación por la facilidad de tener las motocicletas: «La moto se ha convertido en un medio de transporte de fácil acceso para muchas personas, incluyendo a los jóvenes. A pesar de que el INTT derogó la posibilidad de emitir licencias a menores de edad, vemos con preocupación cómo siguen teniendo acceso a ellas, poniéndose en riesgo y exponiendo a otros».
Imprudencia es la mayor causante de accidentes en jóvenes
El Observatorio de Seguridad Vial identifica tres factores principales en estos accidentes: la impericia, la imprudencia y el exceso de velocidad. En el caso específico de los menores de 18 años, la falta de un adulto tutor responsable que los instruya en cómo conducir una moto y evitar accidentes, contribuye al ascenso de los siniestros viales.
Los incidentes más comunes, según González, son los choques con objetos fijos y los derrapes que frecuentemente resultan en traumatismos severos en las extremidades e incluso la pérdida de miembros.
Lilian Romero, presidenta de Asotránsito, señala: «Aunque carecemos de estadísticas oficiales, los frecuentes reportes de los principales medios de comunicación a nivel nacional evidencian la preocupante participación de niños y adolescentes en accidentes con motocicletas».
El problema de estos accidentes que involucran a menores de 18 años no sólo se explica por la imprudencia, sino también por una realidad socioeconómica. Lilian Romero, presidenta de Asotránsito, subraya que las motos se han transformado en el sustituto del transporte público y en fuente de ingreso para muchos adolescentes. Las limitadas vacantes de empleo para ellos los empuja a trabajos informales, como mototaxistas o delivery.
Romero enfatiza que «el problema no es el trabajo en sí. El desafío surge cuando el adolescente usa la moto para todo: trabajar, socializar, distraerse, para todo. Como no han recibido una educación vial sólida, esto se ve reflejado directamente en el repunte de los accidentes».
Anahí Arizmendi, presidenta del Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, exhorta a adolescentes a tener mucha precaución en las vías.
