La devoción y los ruegos se unifican en la práctica del rezo del santo rosario, una forma de oración contemplativa dedicada a la Virgen María. La Iglesia propone a sus fieles recitarlo durante todo octubre, mes que fue establecido por el papa León XIII en 1883, como el Mes del Rosario.
En Barquisimeto, sacerdotes y religiosos han promovido con especial dedicación el rezo del rosario en sus parroquias y comunidades, anexándolo a sus cronogramas de actividades por los sectores y comunidades.


El padre Alexander Nieves, párroco de la iglesia San José, explicó que «el rezo del rosario es fundamentalmente la contemplación de la vida de Jesús a través de la perspectiva de María, meditando en cada misterio del Salvador. Como práctica devocional, su relevancia histórica es innegable: se le atribuye un origen milagroso por el don entregado a Santo Domingo de Guzmán por la Virgen, y su poder se manifestó en la victoria de la Batalla de Lepanto en 1571».
En 1917 cuando se suscitaron las apariciones de la Virgen de Fátima, según los videntes de esta advocación, dijeron que la misma Virgen pedía la recitación diaria del rosario para aplacar la ira de Dios y así ganar la conversión de los pecadores.
Fray José Monasterios, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, sostuvo que el rosario también se convierte en un acto terapéutico que sosiega el espíritu, generando en la persona un estado de relajación y completa meditación.


Celebran a su patrona, la Virgen del Rosario
La comunidad dominica de Barquisimeto se congregó en la iglesia Espíritu Santo, al este de la ciudad, para festejar a la Virgen del Rosario con una celebración eucarística, la bendición de camándulas (rosario de uno o tres dieces) y la procesión con la Virgen por los alrededores del templo.