María F. Hurtado | LA PRENSA.- Hoy se da inicio a la Semana Mayor. La Iglesia católica invita a vivir esta semana desde la oración, sacrificio y arrepentimiento de los pecados, en este sentido se estará acompañando a Jesús durante su pasión y muerte, para luego celebrar con Él la Resurrección, que es en síntesis el misterio pascual, donde e celebran los acontecimientos más importantes de la vida del Señor.
La Semana Santa sigue latente y más cuando se observa desespero y angustia de no encontrar los productos básicos paRa vivir, ncertidumbre de no saber qué más pasará, de intolerancia e irrespeto en la forma de dirigirse al otro, indiferencia al ignorar los problemas del prójimo, son sólo algunas de las cosas negativas de ahora.
Por eso, el padre Mario Bedino extiende la invitación de reaccionar y darse cuenta que esta sociedad necesita la presencia de Dios en la vida diaria.
“Tenemos que aprovechar estos momentos que se nos dan para acercarnos a Jesús”, dijo. El padre Oswaldo Araque, vicario general de la
Arquidiócesis de Barquisimeto alega que no hay mejor manera de reflexionar sino poniendo la mirada frente al gran misterio de Dios. “Si nos acercamos a Él podemos renovar nuestra vida.
En las situaciones difíciles que vivimos estamos llamados a seguirle”, dijo. Este llamado es también a cambiar las trampas por la honestidad, indiferencia por la compasión, el abandono por la protección, la maldad por el arrepentimiento, la intolerancia por la obediencia. El llamado es a dejar la apatía, el rencor, la soberbia, porque “no se puede exigir lo que no se da, y porque Dios da lo que es justo a sus ojos”.
Esta semana se presenta con un plan de ocho días para hacer un stop diario, poner en orden los sentimientos y acontecimientos, para recordar que no es sólo una historia sino que se mantiene vigente. Jesús se hizo carne, padeció la realidad sociopolítica de ese entonces, su madre le acompañó, siempre firme, sin rendirse, transmitieron y demostraron a las personas que le seguían la fe y la convicción de una vida plena.
Por lo que el padre Jesús Lárez, capellán de la Pastoral de la Salud, afirma que “es importante convencernos que esta semana es para los venezolanos un tiempo para clamar a Dios por la libertad, justicia, bien común. Pero también se debe asumir como pueblo “que nos hemos alejado de Dios al apoyar el odio, la delincuencia, el secuestro, irrespeto a los derechos humanos, brujería, santería, venta de efectivo, medicamentos y asesinatos”.
En este sentido, la invitación se amplía al arrepentimiento verdadero y a dejarnos mirar por un Dios misericordioso y justo, que aun cuando
conoce la miseria del ser humano insiste en entrar y habitar en Él.Los padres concluyen que no podemos quedarnos sólo mirando la cruz,
ni tampoco el sepulcro, sino quedarnos en la esperanza y la gran alegría de la Pascua del Señor.
El papa Francisco, invita a su vez a optar por el ayuno, porque debilita la violencia, desarma y constituye una importante ocasión para crecer.
‘Nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecerle, que es el único que sacia nuestra hambre”.
Esta acción permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y desconocen el hambre. También enuncia la con
dición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios.
De tal manera, que en este tiempo de crisis es prudente vivir cada uno de estos días para experimentar el arrepentimiento, pero también con la certeza de tener un encuentro con el Señor y que cada uno se regocije en la alegría de haber resucitado con Él.