La formación integral de nuevas generaciones es un tema que se le ha conferido a maestros e instructores escolares; sin embargo, especialistas afirman que los padres y la enseñanza en el hogar son los pilares fundamentales para lograr una sociedad equitativa y justa.
La gran influencia de las redes sociales en la juventud, sin duda alguna, ha distorsionado un poco los valores en la colectividad de hoy, por lo que la profesora y psicopedagoga, Morela Guédez, resalta que a pesar de esto una sólida formación moldea el carácter, siendo instaurada en la primera escuela de la vida que es el hogar.
«Enfrentamos muchas cosas que atañen la buena formación, como es la disfuncionalidad en el hogar, que conlleva al olvido del papel crucial que desempeñan los valores, llevando a la población a un relativismo total», destacó Guédez.


Por su parte, el pastor y consejero familiar, Francisco Andrade, destaca que en la actualidad «para poder transformar la sociedad necesitamos desaprender para aprender, puesto que se está tan sobrecargado de información, que ni siquiera se sabe qué es lo que conviene y qué es lo que no».
Monseñor Polito Rodríguez, arzobispo de Barquisimeto, habría exhortado a los padres, formadores y sacerdotes a promover una formación más ética, humana y cristiana en las personas que se les ha encomendado, ya que según el prelado, se necesita una sociedad más humanista y sensible.
Valores, ejemplo, diálogo, práctica, reconocimiento y perseverancia
La socióloga, Marianny Sánchez, afirma que es necesario comprender que en primer lugar el ejemplo irradia más que mil palabras, en segundo lugar, el diálogo abierto y la reflexión compartida fortalecen la comprensión, seguido de que la práctica constante consolida el aprendizaje, posterior tenemos el reconocimiento y la valoración los que refuerzan las conductas positivas y por último la paciencia y la perseverancia son aliadas indispensables, por lo que la formación debe estar centrada en estos principios.