Los hermanos Omar y Ernesto Suárez se dedican desde hace 30 años a tapar huecos con material de la capa asfáltica reciclado, lo cual califican como una labor social que cuenta con la colaboración monetaria de algunos conductores, por ser una alternativa provisional para evitar el deterioro de la vialidad en diversos sectores populares de Barquisimeto.
Lo asumen como una ayuda económica para ellos y por ser tan consecuentes, los llaman como «los tapahuecos», a lo cual responden con una sonrisa y con la disposición de buscar el asfalto picado de calidad, para mayor durabilidad luego de aplicar tal «remiendo» en vías que son muy concurridas.


Los hermanos Suárez viven de tapar huecos
Viven en la parroquia Unión, Omar en el sector Los Luises y Ernesto en el barrio La Antena, pero ambos se ponen de acuerdo en los horarios para coincidir de 10:00 a.m. a 5:00 p.m. Siempre tratan de mantener la cantidad de asfalto que tenga mejor consistencia y lo echan sobre la carrucha, donde también llevan una pala, martillo, aceite quemado ante la falta de gasoil, cepillo de barrer y bolsas de basura, para limpiar en los alrededores del área de la calzada a reparar.
«Es una manera de reciclar, porque estamos dando utilidad a un asfalto desechado», dice Omar de un trabajo que también exige replantear el terreno. Como no cuentan con el petróleo indicado para sellar, lo sustituyen con aceite quemado o gasoil, pero es más costoso y difícil de conseguir.
Explican que en casos donde los daños son por constante humedad, botes de agua blanca o colapso de cloacas prefieren rellenar con piedras, considerando que pueden ser causa de accidentes viales, cuando los conductores no conocen la vía y estando llenos con agua no pueden saber qué profundidad tienen y pierden el control del vehículo.


