Ante las fallas que se ha presentado en el suministro de gas domestico en las comunidades del estado Lara, las personas han optado por volver a las hornillas eléctricas y fogones para no sucumbir ante el problema de distribución que se presenta en Venezuela.
Hace un mes, la señora Carmen Tona compró por última vez el gas para cocinar, ella es habitante de la comunidad El Jebe, al norte de Barquisimeto. Entonces recibió un mensaje que le advertía que debía rendir el gas porque no sabían para cuándo volverían a venderles, debido a la explosión de la planta de este combustible en el Complejo Industrial Muscar de Pdvsa, en el estado Monagas, el pasado 11 de noviembre.
Este llamado causo alarma en la comunidad. Caracoles eléctricos, cocinas y troncos de madera para leña se hicieron presente en las casas para rendir el gas que recientemente les había llegado. Los granos y los alimentos que llevan más tiempo para cocinarse los ponen a cocinar en las hornillas eléctricas, claro si para el momento cuentan con el servicio de Corpoelec, de lo contrario les toca montar el fogón y cocinar a leña.
Vilma Cárdenas no niega que está preocupada al no saber cuándo les llenarán nuevamente las bombonas o cilindros de gas, pero asegura que en su casa siempre han tenido las tres modalidades para cocinar. «En la casa somos seis personas y lo que tengo es una bombona de las pequeñas, me toca rendirla, por eso cocino con gas, leña y electricidad».
La incertidumbre del llenado de los cilindros está en varios sectores de Barquisimeto, en la calle 51 la familia Arteaga compraba el gas directamente en la Zona Industrial, pero en la actualidad no lo han podido hacer. Ya tienen 15 días sin el servicio y están a la merced de un caracol eléctrico que les costó 90 bolívares.
Problema del gas afecta a diversos sectores del estado
Pero no sólo las viviendas se han visto afectadas por la falla de distribución de gas licuado para cocinar, algunos comercios han tenido que cerrar sus puertas debido a que no encuentran dónde llenar sus cilindros. Para sus dueños es una pérdida muy grande, sobre todo en esta época en la cual las ventas suelen incrementarse, a
sí lo expresa William Benavides, quien desde su casa, en el sector El trompillo, vende hamburguesas, perros calientes y pepitos.
Otros pagan más de lo que corresponde para poder mantener las puertas de sus negocios abiertos, como Alejandro Hernández, quien tiene una arepera en el centro de la capital larense. Además de tener que comprar una freidora eléctrica, se trasladó hasta Yaritagua, en el vecino estado Yaracuy, para comprar dos bombonas de 18 kilos por las que debió pagar 25 dólares cada una, cuando el precio en la empresa estatal es de 80 bolívares. «No puedo cerrar el negocio, yo tengo gente que trabaja y no les puedo decir que se vayan a sus casas porque no he podido comprar gas, no puedo dejar de producir».
No todas las personas tienen cómo pagar precios de «bachaqueros» por el gas, cuando en GasLara la bombona de 10 kg tiene un costo de Bs. 40 y la de 18 kg Bs. 80; la de 27 kg Bs. 120; la de 43 kg Bs. 160 y el llenado en los puntos exprés está en Bs. 155.32 la de 10 kg; Bs. 279.58 de 18 kg; Bs. 422.08 de 27 kg y en 672.19 la de 43 kg.
La diferencia de precios es mucha, por lo que para Cecilia Barradas, quien vende almuerzos por la carrera 24 con calle 22, le tocó improvisar y armar una parrillera para preparar la sopa en leña. Asegura que a pesar de que a las personas les gusta ese sabor, es complicado preparar toda la carta entre la leña, cocina eléctrica y la arrocera. «Es una situación muy desgastante», recalca.
A la incertidumbre del suministro por parte de GasLara en la entidad, se suma que las personas que tenían código con la compañía Aragas tampoco pudieron surtirse. Ahora podrán hacerlo a través del consejo comunal por la empresa del Estado.
Sectores como Santo Domingo, Las Clavellinas, José Félix Ribas y El Japón, también están a la expectativa de si les llegará el servicio para el cierre de fin de año o les tocará cocinar a leña o con electricidad.