Agencias | LA PRENSA DE LARA.- La preparación hacia lo productivo siempre fue el camino a seguir de los bachilleres. Pero la situación se ha revertido e impera la necesidad ante la coyuntura país, de salir a trabajar y abandonar la profesionalización. Especialistas insisten en que el reto más allá de ofrecer las opciones universitarias y satisfacer la vocación, que se incorpore la motivación familiar junto a las condiciones que aporte el Estado para una formación en educación superior que represente beneficios para, como recurso humano, asegurar al joven calidad de vida y contribuir al desarrollo del país.
Las ferias de oportunidades de estudios se vienen realizando desde mediados de mayo en planteles educativos de Lara con el interés de cubrir todas las dudas de los más de 22 mil futuros bachilleres que se suman al Sistema Nacional de Ingreso Universitario 2023. Son ambientes muy concurridos con los stand de las 22 universidades de Lara entre públicas y privadas. Espacios para conocer la cantidad de carreras y llamados a entes gubernamentales a retribuir el interés de los jóvenes con la recuperación estructural de las casas de estudios y la garantía de que podrán ejercer la profesión, cubriendo las expectativas de superación.
Se aplauden este tipo de alternativas que deberían ser reforzadas en el círculo familiar. Es la apreciación de Raiza Mogollón, directora del programa EduComunicación de Fe y Alegría, pero entendiendo las limitaciones que se suscitan en los hogares por una estructura fraccionada por la migración, separaciones o simplemente por la dinámica diaria en la que la actividad laboral absorbe el tiempo que debería dedicarse a los hijos..
La orientación es un factor indispensable, recordando que se trata de adolescentes que atraviesan un período de cambios y por lo general se dejan llevar por la influencia de grupos. De allí que viene la inseguridad al no saber definir qué carrera es la que va a estudiar.
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