Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La piel es uno de los órganos que está más expuesto a las alergias, bien sea por su carácter cutáneo o por reflejar esas reacciones a la intolerancia de alimentos o medicamentos, picaduras de insectos o hasta por tener contacto con ciertas sustancias o plantas. Según la dermatóloga, Lisbella Azuaje, se debe tratar con un equipo multidisciplinario que incluye alergólogo e inmunólogo para descartar que se trate de una simple lesión, ampolla o sarpullido y que no termine en casos graves de hospitalización del paciente.
Explica que suele producirse por el contacto con el ambiente externo y por la hipersensibilidad e intolerancia de la persona. Pero más allá de la predisposición genética, suele manifestarse por productos químicos que generalmente son de limpieza o de higiene personal, así como por el contacto con químicos debido al oficio o por placer.
Suele ser multifactorial. Advierte que cuando se trata de un origen sistémico, generalmente ocurre con productos de mar o intolerancia al gluten de los cereales. Se puede estar ante una dermatitis herpetiforme de ampollas rojas e inflamadas, que exigen el control de especialistas para así evitar que se agraven los síntomas.
Recuerda a los pacientes que no se pueden automedicar ni siquiera por los síntomas más comunes de la dermatitis eritematosas, donde la piel presenta lesiones rosadas que pasan a rojo, suelen ser más gruesas y despiertan una insoportable picazón en el área afectada. «No hay que confiarse porque esos procesos inflamatorios pueden ser de gravedad al afectar las mucosas internas y ocasionar un edema de glotis«, explica que la inflamación por reacción alérgica puede llegar a impedir el acceso del oxígeno a los pulmones. La glotis crece e impide la respiración.
La descamación o desprendimiento de la piel se puede apreciar en otras lesiones severas, como la necrólisis epidérmica tóxica. Describe que se presenta como una reacción, especie de exfoliación por tantas ampollas y suele llegar al punto de complicarse en una eritrodermia, en la que el paciente se termina de inflamar por completo y va perdiendo las funciones normales de la piel. El caso suele terminar de complicarse cuando sufre los trastornos de temperatura excesiva. Esto puede desencadenar la pérdida de líquidos y electrolitos. Por esta afección llega a descompensar a la persona y ameritar hospitalización que, dependiendo de la gravedad, puede exigir la atención de cuidados intensivos.
Azuaje aclara que las causas no están ligadas al fototipo o tipo de piel, así como independientemente que sea grasosa, mixta o seca, sino de la susceptibilidad genética. De allí, la necesidad de reconocer esos factores que desencadenan las reacciones alérgicas y evitar la exposición a los mismos, además del diagnóstico confirmado por el alergólogo e inmunólogo.
A mayor exposición los síntomas se replican más rápido y son más severos. Se exige el cuidado de la dieta, uso de perfumes y artículos de higiene.