María B. Jordán | LA PRENSA de Lara.-& ;Ni una gota de agua sale por las tuberías de algunos barrios y comunidades de Barquisimeto lo que obliga a las personas a ingeniárselas para mantenerse aseados y prevenir el contagio del coronavirus. Lavarse las manos con agua y jabón es fundamental, pero el servicio es deficiente, lo que preocupa a los larenses en diferentes comunidades.
Comprar a los cisterneros, mantener desde tobos hasta tanques llenos de agua, es la estrategia que aplican los larenses para la limpieza que deben hacer tanto personal como en su hogar, pero a la misma vez deben tratar de ahorrar el vital líquido porque una pipa la compran desde 20 mil bolívares en adelante.
Robexy Rodríguez, vecina de la comunidad Simón Rodríguez, al oeste de la ciudad, dijo que ella se las tiene que ingeniar porque tiene tres pequeños y deben lavarse las manos consecutivamente. «Uno está comprando el agua para cocinar y para el consumo, pero hay que tratar de no desperdiciarla«, dijo la dama, quien agregó que el domingo la Gobernación repartió dos tanques de agua por familia en la comunidad lo que representa un alivio.
Lo mismo le sucede a Yaritza Molina, quien detalló que le pagan a un muchacho para que les busque agua en una quebrada del sector Las Tinajitas, al oeste, que usan el baño y las matas, pero para la cocina si la tienen que comprar. «Es muy difícil no tener agua por tubería. Lavamos los platos o la ropa y esa misma agua restante la utilizamos para el baño, y así la rendimos», dijo.
Santa Isabel, San Francisco, 5 de Julio, Barrio El Carmen y Pueblo Nuevo al oeste de la ciudad, son algunas de las comunidades donde el agua sólo llega una o dos veces a la semana. Con el tema del aseo y que tienen que estar lavándose las manos con frecuencia los vecinos tienen que aprovechar los días que llega el vital líquido y llenan hasta el envase más pequeño.
Los cisterneros detallaron que en esta contingencia algunos de ellos colaboran con las comunidades y ofreciendo el agua a precios más solidarios. Tal es el caso del señor Rodolfo Crespo, quien ofrece la pipa en 12 mil bolívares cuando otros cisterneros la cobran en 20 mil, por lo que dijo que tratan de ayudar a las comunidades donde no les llega ni una gota y son de escasos recursos porque saben que es una necesidad para todos mantener agua potable en sus casas.