Evocar a El Tocuyo es revivir sus bienvenidas con sabor a acemita aliñada, sentir las energías vibrantes de los sones de negro y el caluroso abrazo de sus habitantes, orgullosos por ser parte de la historia de los 480 años de la Ciudad Madre de Venezuela. Un recorrido que inician con las comunidades indígenas y los cambios con la llegada del español Juan de Carvajal desde el 07 de diciembre de 1545, hasta la actualidad que se proyecta por su valor cultural y el interés que ha sido progresivo por el comercio.
Las investigaciones confirman que Carvajal venía proveniente de Coro, tal como lo indica el historiador Luis González, pero según un estudio del cronista José Oviedo, hubo la posibilidad de que llegara un poco antes, debido al testimonio de uno de sus acompañantes, quien dijo que ocurrió en la víspera del Día de los Santos; es decir, en noviembre del mismo año. Pero la mayoría de los registros se enfocan en el 07 de diciembre, este día, al ser la víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (08 de diciembre), sirvió de inspiración para nombrar la ciudad en honor a la cristiandad, como Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de El Tocuyo.
También es importante recordar que esta era una tierra con asentamientos indígenas, principalmente de las etnias cuibas y gayones. Estas últimas comunidades se distinguieron por su mayor resistencia y rebeldía en la defensa de sus territorios. Su legado de lucha fue reconocido al punto que, durante la gestión del alcalde Fidel Palma, se instituyó el 07 de diciembre como el Día de la Resistencia Gayona.


Origen del nombre El Tocuyo y su relevancia histórica
En otro orden de ideas, el nombre del río Tocuyo fue asociado por los españoles con un vocablo indígena que significaba «zumo de yuca», rindiendo así homenaje a uno de los principales alimentos de la región. Todo esto se complementaba con un significativo desarrollo alfarero, evidenciado principalmente en su producción de cerámica.
Tanto González como el doctor Reinaldo Rojas, individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, destacan la importancia de esta ciudad, siendo la capital administrativa de la Provincia de Venezuela, donde se concentraban todos los poderes, lo cual se mantuvo durante los años 1545 a 1548. Desde allí salieron las expediciones para instalarse en Borburata en el año 1549 (en el estado Carabobo), Barquisimeto en 1552 y Caracas en 1562.
También en El Tocuyo se recibieron las primeras encomiendas, por las que generalmente entregaban aborígenes, a quienes les suministraban vestidos y debían retribuir prestando sus servicios. Un espacio geográfico que hoy se extiende por 16.7 kilómetros cuadrados y es la capital del municipio Morán, conformado por las parroquias Anzoátegui, Bolívar, Guarico, Hilario Luna y Luna, Humocaro Bajo, La Candelaria y Morán.


Rojas precisa que «La Ciudad de los lagos verdes», como la llamaba el poeta Roberto Montesinos, era reconocida por su tierra fértil, cuyos matices de verdes provenían de sus interminables cañaverales en el siglo XVI. Precisa que la junta cuatricentenaria propuso la creación del central azucarero de El Tocuyo y luego pasó a llamarse Pío Tamayo.
Dijo que los tocuyanos deben mantener, con una proyección ambiciosa de agroindustria, al café. Mientras los vestigios de la siembra de trigo, aún se degustan con las acemitas tocuyanas, añorando las de la maestra Engracia Pérez Yépez, la reconocida «niña Engracia» con su distintivo sabor a papelón, canela y demás especias. Pero con una suavidad que mantenía su frescura. El regalo ideal con el que regresaban los visitantes.
Para el investigador Diógenes Mogollón, no se puede ignorar que El Tocuyo resistió terremotos, el de 26 de marzo de 1812 y uno de los más graves, al final de la tarde del 03 de agosto de 1950, con la destrucción de la mayoría de edificaciones, cuando ya se conocía como la ciudad de los siete templos, considerando a los de San Juan, Santo Domingo, La Valbanera, Belén, San Francisco, Santa Ana y Concepción.


Orgullo en raíces
Hoy resaltan al Convento de Los Ángeles (que luego fue el Liceo Eduardo Blanco y ahora es la Casa de la Cultura), ruinas de Belén, ruinas de Santo Domingo y la iglesia Concepción. Además de la riqueza cultural que tanto los enorgullece con el tamunangue y la defensa del golpe tocuyano, ante las pretensiones de generalizar como golpe larense.
Son más de 20 agrupaciones tradicionales que hacen vida con presentaciones permanentes, prestos a la formación y asistiendo a las familias que pagan promesas al son del tamunangue, tales como «Los golperos de El Tocuyo», «Expresión morandina», «Los tocuyanos primero», entre otros. Mogollón precisa que siguieron el legado de los capitanes como Alfonso Sánchez, Julián Mogollón, Rufino Colmenárez y Antonio Leal, así como la constancia de los capitanes actuales, como Carlos «El pariente» Yépez, Rita Alvarado y Juan González.
También con el reconocido Coro de Campanas de El Tocuyo desde 1994 y núcleo del sistema orquestal, como orgullo de terruño musical. Con destacada participación que trasciende de los escenarios morandinos.


El orgullo también es incontenible para Radamés Graterol, politólogo y exalcalde del municipio Morán, quien añora la importancia de los telares, recordando las investigaciones que mencionan la ruta de El Tocuyo-Tunja (Colombia), exportando el renombrado «lienzo tocuyo» a Nueva Granada, Ecuador y Perú.
Siente nostalgia de las fiestas de carnavales de talla internacional e incluyendo las inolvidables octavitas.
Graterol reconoce a la ciudad pujante que apuesta a la inversión y que recibe a la comunidad china, árabe y los canarios de España, que junto a los criollos tienen el interés de invertir, tal como se evidencia en la apertura de la diversidad de establecimientos comerciales en las avenidas principales, como Fraternidad y Lisandro Alvarado.
Las materias pendientes es una ruta turística con guías permanentes, saldar la vialidad comprometida y la reactivación de la mayoría de los semáforos para mejor organización urbana.


