Osman Rojas | LA PRENSA.- Los venezolanos atraviesan su propio viacrucis. La falta de alimentos, medicinas y la galopante inflación que hay en el país convierte en un calvario el día a día de muchos que comparan el sufrimiento de Jesús con los embates de la crisis.
“El que diga que no está sufriendo, miente”, dijo Miguel Castillo, padre de un niño de 5 años que presenta problemas con la talla y el peso. Asegura que, en más de una oportunidad, se ha tenido que acostar sin probar comida para que su hijo coma.
“En un país normal esto no pasa. Yo sé que no se puede comparar con la pasión de Cristo, pero ver a un hijo pasar hambre es doloroso”, dice.
En vista de la crisis en el país un grupo de larenses decidió hacer un viacrucis para ejemplificar el dolor que pasan los padres.
La pasión comenzó en la iglesia Concepción y terminó cerca de la Plaza Bolívar. Allí rezaron y se clamaron por la alimentación de los niños.
Según las últimas estadísticas publicadas por las ONG, 5 de cada 7 niños presentan fallas en la talla y el peso.