lunes, 10 noviembre 2025
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Educación sexual para niños y adolescentes: una tarea que corresponde a los padres y maestros

Expertos indican orientaciones para reconocer identidad del niño o adolescente por medio de la apropiada educación sexual impartida en su desarrollo.

Hablar de sexualidad no puede seguir siendo tabú, niños y adolescentes necesitan del lenguaje apropiado y a tono con el razonamiento de su edad. Especialistas indican la corresponsabilidad de padres y docentes al dar las orientaciones que los ayuden a reconocer su sexualidad e identidad, sin miedos. Desde conocer su cuerpo, entendiendo su significado y el compromiso que implica cuidar sus órganos reproductivos a partir de la adolescencia.

Desde el abordaje psicológico insisten en hablar con confianza y permitir las preguntas, para que el niño pueda aclarar sus inquietudes, las cuales deben ser respuestas sin castigos ni cuestionamientos, porque van a preferir guiarse por las redes sociales o consejos de amigos que puedan dejar un vacío de información. Los padres son los más indicados, pero sus reacciones dependerán del nivel de formación y su deseo de no repetir el patrón de crianza que tuvieron, porque fue estricto e intransigente.

Los primeros cinco años de edad y correspondientes a la etapa preescolar, ameritan del lenguaje simple que inicia con el reconocimiento corporal, pero con las palabras correctas (llamando a sus genitales por su nombre), explicando sus funciones y la importancia de que nadie toque su cuerpo, para evitar el peligro de abuso sexual, que suele estar relacionado con familiares cercanos.

Educación sexual para niños y adolescentes: una tarea que corresponde a los padres y maestros

Siendo escolares, entre los seis y 11 años de edad, las frases deben ser más claras y entender que empiezan a tocarse su cuerpo, a tener curiosidad por las reacciones inmediatas. Un momento ideal para que se maneje la información acerca de los cambios de su cuerpo, incluso usando ejemplos con cuentos o historias.

Mientras que en la adolescencia, comprendida de 12 a 18 años de edad, el lenguaje es más analítico y se profundiza en la sexualidad e identidad, indicando los placeres y la responsabilidad de iniciar la vida sexual, ir más allá de prevenir embarazos e infecciones de transmisión sexual.

¿Cómo abordar la educación sexual?

El doctor Gustavo Torres, secretario de la Sociedad de Sexología de Venezuela, recomienda un lenguaje correcto y afectuoso que sea entendible y sin juzgar ni escandalizar, entendiendo lo normal en los cambios del desarrollo humano. La familia, escuela y personal de salud deben concebirlo como algo natural que exige de educación sexual.

Considera que hay padres sin la debida formación, incapaces de luchar contra tabúes establecidos como sociedad que tuvieron una crianza sesgada que decía «Eso no se toca, eso no se hace y eso está prohibido». Además, sólo se aborda ese tema a la ligera en bachillerato, en una cátedra de Educación para la Salud, enfocado desde la reproducción humana.

Laura Igarra, presidenta de Colegio de Licenciados en Educación, confirma el vacío en el aula de clases. Las posibilidades serían impartiendo talleres permanentes, incluso abierto a la comunidad para profundizar el tema, como proyectos de investigación, más allá de una simple exposición o informe no analizado.

Educación sexual para niños y adolescentes: una tarea que corresponde a los padres y maestros

Torres indica la necesidad de hablar en función de las necesidades del niño o adolescente, responder las inquietudes sin ruborizar y sin evadir. Al no tener la respuesta, se promete que se va a investigar o consultar. Esperar a que se tenga la inquietud y tranquilizar con lo normal de tocarse y sentir cosquilleos, debido a las terminaciones nerviosas, lo normal de erecciones, sin ser pecaminoso.

Recuerda que la exploración corporal puede iniciarse a los cuatro años y en adolescentes se debe educar en cuanto a la frecuencia, sin exagerar y fijando el respeto de los espacios, lo cual también aplica en padres que no deben cuestionar si lo realiza en su habitación o baño. Los padres deben tocar la puerta antes de entrar, porque la masturbación sometida al estrés de ser descubierto, les genera ansiedad que puede afectar la erección y condicionar a futuro un problema de eyaculador precoz.

Finaliza, recordando que el adolescente debe saber el para qué de la sexualidad, siendo recreativa desde la simple atracción física, relacional cuando incluye sentimientos y reproductiva en función de desear tener un hijo. Se necesita la educación sexual, con talleres o charlas permanentes.

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