Para el público de Barquisimeto fue inolvidable la unión de culturas con el espectáculo “España entre lienzos y danzas”. La noche mágica que permitió una experiencia sensorial vivida desde obras de artes, cuya historia cobraba vida a través del baile. Fue un viaje entre las pinceladas de Diego de Velázquez, Esteban Bartolomé Murillo, Francisco de Goya, Salvador Dalí, Pablo Picasso y Joaquín Sorolla, entre flamencos, bulerías, rumbas, pasodobles y hasta acrobacia en tela.
Una extraordinaria puesta en escena, concebida como una obra de teatro. El escenario del reconocido hotel del este de Barquisimeto estuvo a casa llena en esta invitación cordial de la Embajada de España en Venezuela, contando con la presencia de Jaime Mora, consejero político y Beatriz García Carmona, cónsul honoraria en Barquisimeto. Se plasmó la historia del arte español con 12 academias de danzas, bajo la dirección artística de Keyla Pineda, escénica con Nelson Pérez y Marianela Romero en la dirección musical.
Las sorpresas empezaron desde el preshow con “pintura en vivo”, donde estudiantes de la escuela de artes plásticas Martín Tovar y Tovar mostraban obras que iban terminando durante la presentación de flamenco, presentadas en lienzos. El concepto tuvo intermedios y el toque nacionalista con el golpe larense para ballet durante el homenaje al maestro Armando Villalón.
Nubes de humo y pantallas gigantes permitían esa armonía entre el colorido de cada obra. Así como la interacción de bailaores entre las filas, aparecían descendiendo en danza aérea e irrumpiendo al escenificar un momento de suspenso de la faena taurina. Todos atentos a la presentación que hacía el declamador Nicolás Torrez.
Tras el opening, se vivió la cotidianidad de la realeza con la obra “Las Meninas” y luego el flamenco hizo un salto sagrado con “Inmaculada Concepción de los Venerables”. Transiciones de emociones reflejadas en una batalla explicando al “3 de mayo” de Francisco de Goya.
El momento más impresionante se envolvió de surrealismo onírico con “Le sommeil” de Salvador Dalí, donde el bailaor Daniel Riera, de Maracay, se entregó con la intensidad del flamenco “Con el tiempo”. Sus pasos fuertes despertaban estímulos que erizaban la piel y aplausos de pie.