En sus ojos brilla la ilusión de quien, tras largas jornadas de quimioterapia, vuelve a reencontrarse con su reflejo. La imagen que devuelve el espejo muestra una sonrisa que se había desdibujado con la enfermedad, pero que ahora resurge con alegría. Esta es la reacción que tiene cada paciente, justo al momento en que la fundación junto a estilistas le entrega una peluca.
En una peluquería infantil en Barquisimeto, cada semana niñas deciden cortar su cabello y donarlo para la confección de pelucas destinadas a personas con cáncer. El salón recibe alrededor de 30 trenzas mensuales, cantidad que mes tras mes va subiendo, pues antes recibían menos de 20.
Lisbeth Ramírez, encargada de la peluquería Cabellitos, sostuvo que han logrado captar la atención de personas al convertirse en un punto de recolección de cabello, para luego entregarlo a la Fundación «Trenzando Sonrisas» encargada de la confección de pelucas.
La realización de una peluca requiere entre 7 y 15 trenzas, dependiendo de la longitud y volumen del cabello.
«Cuando hacemos jornadas de donación esto se pone full», dice Ramírez, al celebrar que en un día pueden recibir hasta 99 trenzas.
Trabajaron recolectando cabello
La Fundación Amigos del Niño con Cáncer (Fanca) en Lara, recibía cabellos en calidad de donación, pero desde el año 2020 dejaron de aceptar las trenzas porque no tienen quién les produzca las pelucas.
Fátima de Pereira, presidenta de Fanca, explicó que crear una peluca lleva su proceso, ya que el cabello debe ser del mismo tono y largo, además deben desinfectarlo porque puede tener piojos o liendres.
Hasta ahora, sólo «Cabellitos» es centro de recolección.
