María B. Jordán | LA PRENSA de Lara – «No usamos el tapabocas por el coronavirus sino por el nauseabundo olor que hay en la morgue», soltó un trabajador del área patológica del Hospital Central Antonio María Pineda.
Desde ayer en la mañana el mal olor que se sentía en los alrededores de la morgue era tan fuerte que familiares y trabajadores se alejaron de la entrada, pues decían que no podían estar tan cerca porque eso era un foco de contaminación.
Un técnico de la morgue, quien no quiso identificarse, explicó que desde hace aproximadamente dos semanas las cloacas estaban colapsadas, pero fue ayer cuando se desbordaron. Las aguas negras estaban por los pasillos de la morgue y pidieron al personal de mantenimiento que lo limpiaran.
«Era tan fuerte el olor, que esas mujeres casi que vomitaron. Esto no se soporta, es necesario que hagan algo para que esto mejore», comentó el trabajador.
Además detallaron que en el baño del dormitorio de los técnicos, en el desagüe se veía el excremento y poco a poco comenzaron a desbordarse las aguas servidas.
«Es horrible el olor. Uno no sabe si es un cuerpo descompuesto y que explotó como pasó en días pasados, o son las cloacas. Preferí sentarme bien lejos de la entrada y si necesitan algo que griten el nombre de mi papá (difunto) y yo me acerco», soltó Anahís Yépez, familiar de un muerto.
Se pudo conocer que casi al mediodía llegaron a reparar el colapso de las cloacas y al parecer destaparon algunas, pero un trabajador detalló que eso es un «pañito de agua tibia», pues presume que el problema va a persistir porque, supuestamente, son todas las cloacas de la morgue las que están colapsadas.
En mayo la morgue fue noticia, pues dos cuerpos en avanzado estado de descomposición «explotaron» en el área patológica del Hospital Central, esto debido a que no hay cavas de refrigeración, poniendo en riesgo la salubridad de esa instalación médica.
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