Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- En una situación crítica están los habitantes de cinco caseríos en el municipio Jiménez. Desde hace un mes no cuentan con el servicio de agua por tubería, situación que los ha obligado a resolver buscando el líquido en un pozo cercano para poder bañarse, limpiar, lavar e incluso tomar, aun cuando la misma no es apta para el consumo.
Son más de 500 familias afectadas de los caseríos Cuara, Molino, Las Casitas, Quebrada Seca y Purilimpia, habitantes aseguran que cada día se vuelve más crítico porque han tenido que rendir hasta la última gota.
Dismary Torres, quien vive en Quebrada Seca, aseguró que a diario se ve cómo personas de todas las edades caminan mínimo unos 300 metros para llegar hasta el pozo y abastecerse.
«Van mujeres, hombres, niños y hasta personas de la tercera edad a cargar agua para bañarse y lavar. Cuando llueve resolvemos llenando los tobos y las ollas, pero ha llovido poco. No entendemos cómo podemos estar así, si las personas de El Tocuyo dicen que la represa tiene un nivel adecuado». Recuerda que la última vez que recibieron agua fue el pasado 24 de julio y a través de camiones cisternas.
Torres señaló que como a muchos de los vecinos les ha tocado tomar agua del pozo esto ha ocasionado que en la comunidad se registren varios casos de diarrea y vómito, por lo que piden a la alcaldesa, Carmen Silva, actúe rápidamente ante esta situación para evitar que se sigan enfermando.
«La alcaldesa dijo que las tomas estaban contabilizadas, hay que esperar es que tomen las acciones porque eso es lo que más nos afecta, las tomas clandestinas», dice.