Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- Un montarrascal y muchas tumbas profanadas fue lo que se encontraron las familias barquisimetanas que acudieron ayer al Cementerio Nuevo al oeste de Barquisimeto a conmemorar el Día del Padre. El camposanto se mantuvo cerrado desde el 17 de marzo cuando se decretó la cuarentena y desde entonces la delincuencia anda a sus anchas.
Miletza de Romero le fue a llevar un ramo de flores a su suegro y a limpiar su tumba. Hacía esto cada quince días desde 2013, pero se llevó una sorpresa cuando la encontró sin la lápida de granito. «Que barbaridad aquí no perdonan el dolor ajeno», exclamó. Las personas acuden a los camposantos a honrar a sus difuntos en esta fecha especial, pero lamentan que las autoridades municipales se hayan olvidado de las condiciones mínimas de limpieza que deben tener estos espacios.
Mariana Gallardo casi se cae cuando intentaba atravesar el cementerio buscando la tumba de su padre, por la cantidad de maleza que encontró a su paso. «Tenía tres meses sin venir y no encuentro el lugar donde enterramos a papá», decía la mujer. Comentó que desde 2002 acude todos los día del padre. «Yo rezo por su descanso eterno y le pido fuerzas para seguir adelante, sé que desde el cielo nos cuida», manifestó.
Con un cepillo y jabón José Crespo se encontraba lavando la lápida de su padre, quien falleció hace seis meses, al lado de la tumba de su padre se encontraba una urna profanada. «Este tipo de delitos se incrementaron en cuarentena, aquí donde estoy tengo miedo porque hay muchos malandros rondando el lugar», expresó.
Algunos ciudadanos ingresaron con sus vehículos y colocaron música con temas como «Mí Querido Viejo», de Piero de Benedictis. «Yo siempre le mandaba a hacer una misa a mi padre, pero en vista de que las iglesias permanecen cerradas le traje música a papá», dijo Érika Matheus.
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