Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Con una data oficial que puede ser intermitente entre los vacíos de días nulos de contagios de covid-19, mientras en otros se puede disparar hasta más de 100 durante agosto en el estado Lara. El gremio médico y expertos coinciden en exigir la precisión de los diagnósticos, para asumir la realidad sin subregistros que arrastran a tantos casos sospechosos, pero excluidos en la data. Sólo conocen de los más de 15.500 casos hasta el 27 de agosto de 2021, con un 97% comunitarios, a sabiendas de la circulación de la variante delta —por naturaleza, más transmisible— y del posible riesgo del brote de una epidemia de dengue por la época de lluvias.
Un llamado que analizan, sin la intención de generar un escenario de caos. Sólo lo plantean desde la inquietud de aquellos días en que se presenta un par de casos o ni siquiera uno positivo. Una situación que puede ser vista desde la tranquilidad y calma, entre las amenazas de quienes se sientan tan confiados y relajen las medidas de protección, ignorando que la mayoría de afectados se concentra en esa población joven desde los 20 a 49 años de edad. Muchos desde una visión de la seguridad e ignorando el uso correcto del tapabocas, distanciamiento social, que se empieza a violar en el transporte público, además de algunos establecimientos en el centro de la ciudad que olvidaron el protocolo de aplicación de alcohol en la entrada y el control de acceso en sitios cerrados sin ventilación.
Según René Rivas, presidente del Colegio de Médicos de Lara, seguimos con los subregistros con la omisión de casos reales. «No nos dan la veracidad», señala respecto a aquellos días cuando el municipio Iribarren aparece sin infectados, siendo la capital del estado Lara como una de las ciudades con más movimiento, incluso referencial por su condición de región encrucijada, de movido tránsito por su ubicación estratégica en el centroccidente.
Recalca la incidencia del protocolo de los diagnósticos con las pruebas PCR, cuyos resultados deben esperarse de Yaracuy. De allí, que para ganar tiempo y evitar los fallos los expertos coinciden en la precisión e inmediatez de la tomografía pulmonar, tan exacta que puede arrojar esos indicios de comienzo de neumonía, tan cruciales para los pacientes con coronavirus. Resulta una valiosa vía diagnóstica, en pronóstico y hasta terapéutica, que puede advertir una atención oportuna y sin esperar las posibles complicaciones por las variantes, que arrasan en tiempo y pueden condenar el ingreso directo al centro asistencial por severa dificultad respiratoria.
También se fijan los riesgos que pueden estar deambulando con el posible brote de dengue. Un tema delicado para el epidemiólogo Iván Molina, al considerar que dentro de la pandemia por covid-19 se puede acentuar esta epidemia por la época de lluvias y sin la permanente eliminación de los criaderos de los zancudos Aedes aegypti. El bajón de las plaquetas, cuadros febriles y demás síntomas que pueden ser más agresivos con la clínica de la variante delta, rápida al comprometer el sistema inmunológico vulnerable.
Con este ambiente, recuerdan la necesidad de asegurar ese estimado de entre 80% a 83% en producción de anticuerpos con la vacuna anticovid-19 y así la garantía de un esquema de inmunización masivo. Única medida para resistir el feroz virus y no llegar a etapa crítica, al consumir al organismo con alto poder inflamatorio en órganos desde pulmones, corazón, riñones y otros.
La calle habla desde la necesidad socioeconómica, con testimonios de esa gente expuesta por la necesidad de salir a trabajar a diario y sin las debidas condiciones de seguridad.