viernes, 22 noviembre 2024
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Cantinas escolares están a punto de la quiebra

Eva Gómez  | LA PRENSA.- Las cantinas escolares están a punto de la quiebra y por eso han comenzado a cobrar por transferencias para afrontar la escasez de dinero en efectivo que los afecta.

Las opciones de pago varían, dependiendo del cliente y de su bolsillo, según cuentan las cantineras. Una alternativa es abonar dinero para el consumo del niño en la semana, abono que va desde los 100 mil bolívares.

En los colegios las cantineras ofrecen varios combos, algunos más económicos para asegurar la compra de la merienda. El más económico sale en 14 mil bolívares, este trae una miniempanada más un vaso de jugo. El mismo combito puede costar en otras instituciones Bs. 25 mil; sin embargo, el precio de una empanada en la calle ronda entre los Bs. 15 mil y los 18 mil.

Hay padres que abren una “cuenta” con las cantinas y permiten que sus hijos consuman libremente toda la semana. Pero no todos se pueden dar el lujo de gastar Bs. 25 mil diarios porque representa 275.000 bolívares mensuales y supera por Bs. 26 mil el sueldo mínimo.

Otra opción que ofrecen es publicar una lista de precios para que los representantes vean qué es lo más conveniente para sus hijos y transfieran el dinero.
En otras instituciones se observa un panorama diferente. La cantina del colegio Diocesano y del Monseñor Aguedo Felipe Alvarado que funcionan en la misma sede cerró desde el año pasado.

Igual ocurrió en la Unidad Educativa Ayacucho y en la UEN Héctor Castillo Reyes, donde tampoco tienen cantina.

Ángela Mendoza, directora de primaria de la unidad Héctor Castillo Reyes, asegura que desde hace tres semanas el cantinero dejó de vender porque no conseguía productos regulados para elaborar las meriendas y debía venderlos a precios no tan solidarios que hacían muy difícil su venta.

Mendoza detalla que cada vez se hace más difícil para los representantes darles una buena vida a sus niños. En lo que va de 2018, se han retirado al menos 20 niños de la escuela, porque o pagan la comida o pagan el transporte.

En menos de un año una empanada pasó de costar dos mil bolívares a 18.000. Sin embargo, los padres no pueden sacar de su bolsillo esa cantidad de dinero en efectivo, cuando el banco da por taquilla entre Bs. 10 mil y 30 mil diarios, y un máximo de 100 mil cuando a la entidad llega suficiente remesa.

Los padres prefieren mandar la merienda a comprarla. Las frutas, los panes y las arepitas, también son la opción de los padres; sin embargo, son productos que no se consiguen y los padres se sienten desesperados.

“Yo les compro frutas, panes, trato de mandarle comida casera porque todo está muy caro, una empanada la venden en 20 mil bolívares, imagínate cómo hace uno”, lamentó Marisol Gil, representante de dos niños.

Por su parte, Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, asegura que se siente preocupado porque los representantes han manifestado a los educadores que no tienen cómo mandarle merienda a sus hijos por los altos costos de los productos y la escasez de alimentos.

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