William Croes | La Prensa-. Presentar un parcial dejó de ser, hace rato, la preocupación de los universitarios. En las casas de estudio privadas o públicas los bachilleres sortean más de una dificultad diaria bien sea para poder trasladarse, desayunar o para sacar una guía de estudio.
Ser residenciado y estudiar en una universidad privada representa un gasto que muy pocos están en la capacidad de costear sin tener que hacer, al menos, un sacrificio en alimentación o traslado. Un estudiante bajo esta condición en un semestre (16 semanas),
gasta un promedio de 150 mil bolívares.
El pago de semestre o trimestre es lo más costoso. Entre 25 y 35 mil bolívares cuesta la matrícula en una universidad privada. “Mis padres comenzaron pagándome el semestre de contado, ahora lo cancelan fraccionado y hasta han tenido que jugar dos bolsos al año para ayudarme”, expresa Francelis Peña, estudiante de Ingeniería Industrial de la UNY.
Las residencias son otro gasto que se traduce en un duro golpe al bolsillo. La mensualidad de una habitación modesta está por el orden de los 8 mil bolívares al mes, aunque hay unas que incluyen Wifi, aire acondicionado y otras comodidades que ya pasaron los 10 mil bolívares.
Daniela Unda, estudiante de la UCLA, optó por viajar todos los días desde Yaracuy. “Por no tener para pagar una residencia, me levanto temprano y viajo ida por vuelta, gasto 800 bolívares diarios”, explica la muchacha, quien ha tenido que dejar de desayunar o almorzar para poder pagar el transporte y unas guías de estudio.
Hacer una sola comida al día, caminar largos trayectos hasta llegar a la universidad o pedir prestado a sus familiares son parte de los malabares cotidianos que se han visto forzados a hacer los bachilleres a los que no les alcanzan las becas estudiantiles que aún no se cobran con el reciente aumento a Bs. 8 mil.