La Fundación «Sólo faltas tú» insiste en desarrollar el potencial de niños con trastorno del espectro autista&
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El trabajo de la «Fundación Sólo Faltas Tú» inició hace 10 años a pie y con un bolso repleto de sueños. Se formalizó al ir sumando voluntades y corazones colmados de fe que impulsan con fuerza a la fundación. Quienes forman parte del voluntariado tienen un compromiso por los niños con espectro autista que trasciende del diagnóstico y procuran su desarrollo con calidad de vida. Son profesionales que abogan por una sociedad más sensible.
Una oración de agradecimiento a Dios, el calor de los abrazos y esa familiaridad con los niños es lo que distingue a esta fundación. Los más de 30 especialistas voluntarios son conscientes de que no se trata de un mundo paralelo ni de subestimar a quienes pueden desarrollarse con calidad de vida, sacando provecho a sus capacidades.& ;
Se complacen de trascender del diagnóstico y ser el equipo multidisciplinario que no se detiene, pese a la falta de sede central. Es un trabajo en amor y solidaridad consecuente a partir de la valoración gratuita en cada uno de sus consultorios para 85 niños de escasos recursos, además de entrega de medicamentos, terapias y el acompañamiento al núcleo familiar para asegurar el compromiso de los padres en la evolución de este desarrollo infantil.& ;
Es una mano extendida a 300 niños en general, al ofrecer ciertas terapias y el abordaje para la verdadera inclusión académica.
Son constantes
Estar frente a las doctoras Angélica Torres y María Auxiliadora Cardozo, presidenta y vicepresidenta de la fundación, es admirar esa entrega incondicional y contagiarse de esas ganas de ayudar, sensaciones que se replican en la contribución de cada terapista, psicólogos, psicopedagogos, musicoterapeutas, especialistas en equinoterapia, neuropediatra, psiquiatras infanto-juveniles, entre otros.& ;
Para este gran equipo que respeta la vida cualquier aporte es valioso, desde la donación de un medicamento, la disposición para logística, colaborar con espacios para determinadas actividades y hasta aquellos lotes de medicinas o demás insumos que permiten la tranquilidad de estos niños. Profesionales tan entregados como el doctor Rafael Agüero que se transforma en el Capitán América, como uno de los superhéroes preferidos y queda a disposición para abrazar y posar para las fotografías con estos niños. No tienen palabras para agradecer desde los pintacaritas hasta esos empresarios que apuestan por la calidad de vida desde el espectro autista.
Torres recuerda que 1 de cada 36 niños es de condición espectro autista, según las estadísticas más recientes de sociedades científicas internacionales. «Sería indispensable que en todos los espacios del mundo permitieran políticas públicas a las familias para poder acceder a las terapias y demás apoyo que requieren para desarrollarse como cualquier ser humano», señala al recordar que estos niños pasarán a ser adolescentes y adultos valiéndose de sus potencialidades.
«Buscamos que las intervenciones sean oportunas, adecuadas e intensivas, y sobre todo resaltar las capacidades y talentos desde la condición espectro autista, mucho más allá de los desafíos que ellos puedan enfrentar», señala Torres, de ese punto que inician a partir del diagnóstico temprano y a la par con la dedicación de los padres, desde la paciencia, orientación y estimulando el mejor desenvolvimiento de sus hijos. Una tarea diaria, partiendo del amor y comprensión que exige cada uno de los casos.
Aportan de corazón
La armonía del grupo es uniforme y se expresa en la satisfacción de quienes le ponen corazón a los requerimientos de cada menor. Así lo expresa Anthony Liscano, terapeuta ocupacional con alrededor de ocho años haciendo vida en «Sólo Faltas Tú«, quien ofrece sus conocimientos y experiencia con la mejor disposición, siempre sembrando la esperanza a los padres de esa ganancia en mejor desenvolvimiento en la vida diaria y seguridad en ese crecimiento personal.
«La terapia ocupacional es la base y se desarrolla hasta alcanzar la verdadera integración sensorial», explica siempre con la mejor información para los padres, quienes terminan cómplices en ese trabajo tan gratificante de ir «de granito en granito». Los pequeños empiezan esa percepción entre las formas. Siempre tienen los juguetes a la mano, como los recursos más comunes. Aprenden jugando, al palpar diferentes texturas y experimentar sensaciones que les dejan conocimientos.& ;
Alexandra Yústiz es una terapista de lenguaje, también se las ingenia para poder lograr la evolución en el menor tiempo posible en niños a partir de los 2 años de edad e incluyendo más estrategias en quienes no hablan. Evalúa las fortalezas y debilidades, para ir sacando provecho a las posibilidades desde lo comprensivo y expresivo. Son ejercicios permanentes y divertidos, a fin de articular fonemas que se comprendan. «Siempre confiamos en los niños funcionales y de lo capaces de ir solos en la vida», exclama valiéndose del canto, juegos, cuentos y otros.
Cada peldaño es importante, por lo que María Inmaculada Velásquez se destaca desde la musicoterapia, valiéndose de la estimulación entre melodías. «Así expresan lo más esencial al recibir este cúmulo de estímulos con sus respectivos objetivos», señala de esa programación enriquecida en vínculos que se despiertan desde lo instrumental y en la conexión motora en la ejecución desde el juego expresado en lo auditivo y sensorial.
La gratitud se queda corta con los testimonios de madres que tuvieron toda esa orientación, apoyo profesional, esperanzas para acompañar en la escolaridad y la dicha de poder escuchar la primera palabra de su hijo. Eso no tiene precio cuando se sustituyen las angustias por la certeza del desarrollo del niño. Un vínculo que estrecha a la fundación como una gran familia, para dar seguridad en esos momentos de incertidumbre y seguir los esfuerzos por la independencia del niño.
Así tenemos a Miguel, muy inquieto y curioso, al punto de querer ser el protagonista ante las cámaras. El niño siempre está al lado de su madre, Emma Pérez, quien es enfermera y además le tocó aprender más a fondo acerca del espectro autista, correspondiéndole ese no verbal que les imponía más desafíos.
«Nos enseñó a valorar los pequeños detalles, desde un: ¡Mamá! Y hasta un ¡Te amo!», suelta con ese nudo en la garganta que moja su mirada en lágrimas. Así se expresa de su hijo único, quien no sólo puede hablar, sino poder cursar primer grado. Un acompañamiento que empezó desde la estimulación con música, terapia ocupacional y de lenguaje, fisioterapia, psicopedagogía y otras que han sido posible por la Fundación «Sólo Faltas Tú».
El testimonio de Carmen Guevara es similar, ante ese profundo agradecimiento por el progreso de su hijo Salvador, quien a sus 5 años y con la ayuda de estos especialistas ha podido corregir su falta de coordinación y ciertas dificultades con el lenguaje.& ;
Ellos y su desarrollo continuo son el motor que enciende el despegue de la Fundación «Sólo Faltas Tú». Un batallón de profesionales y demás voluntarios que apuestan por un mundo sin etiquetas y niños que crecen con las condiciones de vida en una sociedad de verdadera integración. Siempre a la espera de más corazones dispuestos para ayudar a esta población neurodiversa.