Moiselis Méndez | LA PRENSA DE LARA.- Un lugar que responda a las necesidades de todos los estudiantes, con programas que involucren los distintos rasgos y características de los alumnos y con un espacio para la diversidad, es un deseo que nace desde la Fundación «Solo Faltas Tú» con raíces que emergen de la inclusión y la defensa de la escolaridad para niñ;os con alguna condición.
«Una escuela posible», donde se respete la igualdad de oportunidades para todos los niñ;os, partiendo desde la concepción de la educación como un derecho a nivel global, y donde se ejecuten los cambios necesarios en los métodos de enseñ;anza.
Cada niñ;o tiene una manera particular de ser, pensar y aprender, es por ello que aplicar los mismos contenidos, las mismas evaluaciones y las mismas técnicas en toda la matrícula de un salón aleja la posibilidad de la integración de todos los alumnos.
«La integración escolar no ha cumplido el objetivo de inclusión; no asegura la vacante en la escuela de una localidad con docentes capacitados para brindar las herramientas y adecuaciones escolares para cada condición de un alumno o incluso sin ella», aseguran los doctores Héctor Aranguren y Angélica Torres, profesionales de la fundación.
La escuela inclusiva, es una escuela lo más humana posible, compasiva, igualitaria y sobre todo una institución que respeta a todos los que la conforman y comprende el valor de la diversidad.
¿;Cómo construirlo?
Para lograr «una escuela para todos» debería darse un cambio casi radical y una modificación en la mirada de los docentes, alumnos y padres, como así también la sociedad en donde se de valor a todas las clases y no solo las que son llamadas «esenciales» como la física, química y matemática.
Al hablar sobre este tema, los especialistas de la fundación lamentan que hoy en día es raro que un papá le pregunta a su hijo: «¿;Cómo te fue en el cole?» «¿;Hiciste algún amigo nuevo?»; en vez de: «¿;Cuánto sacaste en matemáticas?» Esta simple comparación habla de un pequeñ;o cambio en donde no todo con los compañ;eros es competencia deportiva o académica. A esto último se denomina aprendizaje vital, mucho más del aprendizaje académico.
El hecho de crear una «comunidad», tal como lo defienden distintos autores académicos, viene ya que tanto docentes como niñ;os pasan en la escuela la mitad de sus días y como toda comunidad, la diversidad debería tomarse como un potencial a explotar. Ver las aptitudes de cada uno, apoyarse, fomentar el desarrollo personal y grupal, buscar metas comunes, plantear objetivos, dar un sentimiento de pertenencia e identidad y fomentar valores, esas deberían ser prioridades. La comunicación con el otro es
A construir mejores realidades es la invitación de la Fundación «Solo Faltas Tú». «Es nuestra obligación ética abrir los ojos ante estas situaciones en el campo educativo. Y la responsabilidad es de todos, desde los entes gubernamentales, padres, familia, maestros y sociedad en general.»
