Moiselis Méndez | LA PRENSA DE LARA.- Para aquellas personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ir a la escuela puede ser un gran desafío no sólo por las dificultades que acarrea su condición, sino que también puede incorporarse a estas el miedo a la discriminación. Luces, ruidos, compañ;eros gritando e incluso el timbre puede encender las alarmas para aquellos niñ;os con autismo, ya que son estímulos que pueden generar incomodidad y que pueden desatar conductas agresivas por su sensibilidad sensorial, lo que supone una dificultad a la hora de realizar sus tareas o actividades.
No sólo el ambiente social puede ser una barrera, pues el desarrollo de la motricidad y el ejercicio de la lectura y la comunicación pueden traer consigo más retos para una persona con TEA, además de acoplarse a la rutina cambiante y el modo de enseñ;anza que puede cambiar con cada profesor.
Sin embargo, desde la Fundación «Sólo Faltas Tú», orientan a cada representante que la escolarización del niñ;o con la condición de espectro autista es una realidad posible. Esto, por supuesto desde la pedagogía y siguiendo una serie de recomendaciones que harán más digerible las clases.
«Para optimizar el proceso de aprendizaje de un niñ;o con autismo, el profesional educativo necesita aprender cómo aprende dicho cerebro», asegura la doctora María Laura Braz, de la fundación, ya que cada persona aprende a un ritmo distinto y para un niñ;o con autismo es vital que el aprendizaje no sea en solitario, sino bajo una atmósfera inclusiva, entendiendo y descubriendo la comunicación y las características propias de cada alumno con TEA.
«¿;Quién no se ha sentido incomprendido alguna vez?», es la pregunta que hace Braz a la población como una invitación a ponerse en los zapatos de estos niñ;os con TEA y a su vez receta una «gran dosis de empatía», para entender y aceptar tal y como es cada niñ;o.
Recomendaciones
Para una escolarización efectiva del alumnado con autismo, el profesional debe tomar en cuenta una serie de características en estas personas, entre las cuales se encuentran: funciones ejecutivas, habilidades de comunicación verbal, perfil sensorial, literalidad y flexibilidad de pensamiento, habilidades sociales y si existen o no comorbilidades asociadas como, por ejemplo, la discapacidad intelectual.
Tener un alumno con TEA es un gran desafío, por lo que la Fundación «Sólo Faltas Tú» brinda una serie de consejos para apoyarlos:
1. Métodos de evaluación: El profesional educativo necesita aprender a evaluar al alumno, valorar su situación en el aula, respetar su ritmo y estilo de aprendizaje, diseñ;ar y poner en prácticas adaptaciones curricula
3. Creación de rutinas: Crear un horario visual con pictogramas, fotos o dibujos que ayudarán al niñ;o con autismo a anticiparse y comprender la secuencia de las acciones que requiere una tarea.
4. Tomar en cuenta su sensibilidad sensorial: Las personas con autismo pueden tener reacciones intensas positivas o negativas a la estimulación sensorial, por lo que tener esto en cuenta y tratar de hacer el aula más amigable es esencial en estos casos.
5. Incluir a los padres: Los que mejor saben qué tipo de estímulos sensoriales, actitudes y gustos afectan al estudiante con autismo son sus familiares. Hacer esto ayudará a que las familias se sientan más integradas y tranquilas con la educación de su hijo y la capacidad del educador y la escuela.
6. Ser claros: Algunas personas con TEA tienen dificultades para comunicarse e interpretar lo que otros dicen, es importante ser simples y directos. Se debe tener cuidado con la manera en que se expresa y evitar metáforas, preguntas retóricas u oraciones complicadas.
7. Procurar un espacio de autorregulación: Para que el niñ;o pueda tranquilizarse ante cualquier situación que pueda generarle ansiedad o alguna crisis sensorial.
8. Hablar con el resto de sus compañ;eros sobre el autismo con recursos visuales y lenguaje sencillo para fomentar la empatía y respeto a la neurodiversidad.
Estas recomendaciones irán de la mano de la integración en cada aspecto, dejando a un lado las comparaciones y siempre procurando avivar el conocimiento sobre el trastorno y los nuevos métodos de enseñ;anza por parte del docente. Conocer qué necesitan los alumnos con dificultades o alguna discapacidad y cómo apoyarlos no sólo previene la exclusión escolar, sino también los ayuda a alcanzar su máximo potencial.