Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- El fino lienzo tejido de lino lo espera, con los colores vibrantes de las pinturas en óleo comienza a pintar, la musa hace que el pincel se deslice delicadamente por todo el cuadro y así va construyendo obras de arte que brotan de su imaginación o de un recuerdo de sus andares en los pueblitos de Lara y con las cuales ha tenido repercusión en el ámbito artístico nacional.
Se trata del artista plástico Bismarck Timaure de 51 años y oriundo de Aguada Grande, un pueblo del municipio Urdaneta estado Lara, quien recuerda que comenzó a pintar cuando tenía 14 años. En un principio plasmaba escenarios vividos en su pueblo natal. Paisajes naturales o personajes pictóricos de la zona eran siempre su inspiración. Poco a poco fue adaptando su estilo a las tendencias artísticas y leyendo y observando a los grandes maestros del arte, descubrió que el realismo y el surrealismo eran las técnicas que definitivamente lo definían como pintor.
Trabajó arduamente para mejorar su método y con disciplina y observando el material de otros artistas, aprendió de forma empírica a pintar cuadros bajo la técnica del realismo y surrealismo, dando origen a cuadros dedicados al Dr. José Gregorio Hernández y la Divina Pastora, de quienes dice es un gran creyente.
Con los años empezó a ganar fama en el medio artístico. Su talento era tan deslumbrante que llamó la atención del maestro Touron, un famoso pintor de Aguada Grande, quien le ayudó en mejorar aún más su técnica.
«Primero comencé viendo al maestro Touron, como él vio mi interés me dijo ¿te gusta la pintura?, ¿quieres pintar?, le respondí que sí y ahí comencé a pintar con él» reseña.
Su primera exposición individual fue en el año 1989 en el «Parque de Recreación» de Siquisique, donde se tuvo como objetivo colaborar con las fiestas patronales del pueblo.
Cuando tenía 23 años, Timaure decide emigrar a Barquisimeto. Aguada Grande, que es su terruño y que siempre lleva en el corazón, le comenzó a quedar pequeño y él quería explorar aún más el mundo artístico.
Ya instalado en Barquisimeto comenzó a codearse con artistas de renombre como Armando Villalón, Esteban Castillo y Crisógeno Araujo. Con ello, vinieron grandes logros en su carrera artística empírica.
Recuerda que formó parte de la primera edición de uno de los libros más importantes del año 1989: Anuario de la Pintura Larense, el cual fue ideado por el artista plástico y fundador del Centro de Diseño Gráfico de Barquisimeto, José Boraure en el cual destacaban los mejores pintores de la época. Más tarde, participó en diversas exposiciones artísticas al lado de renombrados exponentes.
Pero los gastos que suponen vivir en una ciudad capital comenzaron a preocupar a Timaure, quien para sobrevivir comenzó a trabajar como auxiliar de farmacia. Este trabajo le permitió seguir perfeccionando su técnica, debido a que en su tiempo libre, sobretodo en las noches, se desconectaba de la realidad y comenzaba a pintar, por lo que progresivamente fue almacenando cuadros y pinturas que eran vendidas en las exposiciones.
«Ya perdí la cuenta de cuantos cuadros he hecho con el pasar del tiempo, han sido muchos, he estado en 15 exposiciones colectivas y al menos cuatro han sido en Iribarren», dice.