Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Aunque el tradicional maratón de la Divina Pastora que este año iba a ser su edición número 41 desde el monumento El Obelisco hasta el arco de Santa Rosa, estaba prohibido por las autoridades para cumplir las medidas de bioseguridad por la pandemia, un grupo de corredores aficionados identificados con franelas alusivas a la virgen decidieron trotar.
Cargando una pesada cruz de metal en sus hombros, Honorio Linárez llegó hasta la entrada del pueblo y unos militares le impidieron el acceso. El hombre tiene ocho años trotando con la cruz para pagar un favor recibido de la Pastora de Almas.
«Realicé este recorrido por la salud de mi familia. Salí a las 5:30 de la madrugada desde la avenida Pedro León en la 60 y de allí seguí la ruta hasta Santa Rosa, funcionarios me impidieron el ingreso y llegamos por Santa Rosa parte baja. Pido también por el bienestar de mi país, que la situación mejore», exclamó.
«Sé que estaba prohibido el maratón pero tengo 30 años realizando este recorrido, es mi manera de agradecerle a la virgencita por mi vida«, expresó María Pérez, quien realizó el recorrido desde la avenida Rotaria.
Elizabet Herrera, abogada salió a trotar pidiendo por la salud y recuperación de su hijo que está en España, quien recibió un trasplante de corazón. «Tengo 22 años trotándola, este año aunque no hubo procesión pedí especialmente por la salud de mi hijo y por el cambio político y económico de Venezuela», indicó.
Alermí Córdoba, un señor de la tercera edad informó que sus súplicas estuvieron orientadas por la recuperación de un familiar afectado por el coronavirus, en delicado estado de salud.
«Durante toda la novena de la peregrinación virtual rogué a la virgen porque desaparezca la pandemia. Tengo 25 años pagando la promesa a la Divina Pastora trotando», comentó.