Henry Gómez | LA PRENSA.- Con mucha perseverancia y compromiso, el joven Mickol Colina entrena de lunes a viernes en el Gimnasio Omar Catarí con el objetivo de mejorar sus condiciones y mantener la etiqueta de futura estrella dentro del boxeo del estado Lara.
El “guarito”, como le apodan sus allegados, con apenas doce años tiene un récord de 22-4 y sus habilidades en el ring se pierden de vista gracias a su técnica y velocidad. Actualmente, forma parte de la selección crepuscular y su único inconveniente es la falta de combates.
En los últimos siete meses, Colina solamente tuvo dos enfrentamientos en topes de preparación a pesar que esos duelos son recurrentes para sus compañeros. En su caso, las delegaciones de otros estados prefieren guardarse al oponente por precaución.
“A veces me siento decepcionado porque pienso “por qué tanto entrenar si no voy a pelear”, pero igual sigo manteniendome preparado con la misma intensidad de entrenamiento para lo que venga”, indicó el púgil.
A su corta edad, el larense tiene seis años de experiencia en el boxeo y la manera de expresarse sobre sus objetivos dentro de la disciplina es muy directa.
“Yo espero ser campeón olímpico igual que (Francisco) “morochito” Rodríguez y también campeón mundial”, asevera el atleta añadiendo su admiración por su padre y entrenador Gibson Colina. “Soy boxeador por mi papá, porque él fue también boxeador hace tiempo y me fue enseñando y llevándome dentro de este mundo” agregó.
La crisis económica y social de Venezuela ha perjudicado las competencias de Boxeo en los últimos años. En 2015 y 2016 los campeonatos categoría infantil y junior donde “el guarito” estaba inscrito como representante local fueron suspendidos. Sin embargo, a pesar de la poca fortuna, el combatiente en la división de 30 KG sostiene su disposición.
“Yo me siento excelente en el ring y estoy preparado porque a veces salen rivales de sorpresa y hay que estar listo; tengo que mover más la cintura y mejorar la técnica”, cerró.